Desde el puesto 339º del Ranking Mundial no se suelen liderar muchos torneos del PGA Tour. Es por ello que cuando Steven Bowditch llegó el sábado al tee 1 del AT&T Oaks Course en lo más alto de la clasificación del Valero Texas Open, era la primera vez que experimentaba algo así. Era por lo tanto la hora de demostrar si su paso por la élite era coyuntural o justificado y no pudo tener el australiano mejor manera de reivindicarse, embocando desde fuera tanto en el hoyo 1 como en el 2 para comenzar birdie, eagle.
Su parcial de -3 en estos dos primeros hoyos fue un bálsamo tranquilizador para un Bowditch que acabaría firmando un 68 (-4) con el que ampliaba su ventaja de un golpe a tres. Desde su -12, comenzará la última jornada con Matt Kuchar y Andrew Loupe como sus compañeros de partido y principales perseguidores que esperarán que el líder no muestre su mejor faceta alrededor de los greenes del recorrido del TPC San Antonio para tener alguna opción de remontada.
Y es que a pesar de solo coger 8 greenes en regulación en todo el día, el australiano tiró de juego corto para ahuyentar bogeys en unas ocasiones y conseguir birdies en otras. “No he pegado a la bola muy bien pero mis fallos fueron por el sitio bueno. Los chips a green son normalmente uno de mis puentes fuertes», admitía tras firmar una tarjeta con tan solo un fallo en el hoyo 9, su némesis de esta semana. Siendo el jugador que menos errores ha cometido en el torneo con tres bogeys y un doble bogey, resulta curioso ver que acumula un parcial de +4 en tres jornadas en este par 4 que cierra la primera vuelta.
A estas alturas del torneo es el único jugador capaz de firmar tres vueltas por debajo de los 70 golpes y uno de los muchos a los que solo una victoria aquí les hará estar en Augusta dentro de dos semanas. El debut en el Masters y una plaza entre los 30 primeros de la FedEx Cup, además del evidente cheque como ganador, son algunos de los aspectos que cambiarían para Bowditch a corto plazo. A largo, se aseguraría mantenerse dos años en el PGA Tour, premio que puede suponer un plus tranquilizador para un jugador cuyo mejor puesto final en la FedEx Cup ha sido el 120.
La cruz del día la protagonizó un Phil Mickelson que se vio obligado a retirarse por culpa de un tirón muscular sufrido en el tee del hoyo 1, su décimo del día. «Me dió un tirón en el downsing por intentar pegarle fuerte. Fueron unos 10-12 segundos. Volveré a San Diego un par de días para que el doctor me lo mire. Espero estar bien para jugar el Shell Houston«, declaraba el zurdo tras acumular un +1 en los nueve hoyos jugados.
Su inseparable Jim Bones Mackay aseguró que no se trataba de problemas de espalda como los que le obligaron a retirarse al principio del año en Torrey Pines. «Es la parte derecha. Hemos estado hablando de que se sentía bien de la espalda, así que jugará Houston si puede», comentó su caddie.
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