El miércoles pasado le preguntaron a Adam Scott si le cambiaría la temporada a Tiger Woods; es decir, si renunciaría a su Masters por las cinco victorias que ha obtenido el californiano esta temporada. «Prefiero el mío, la verdad», replicó sonriente el australiano. «Es posible que él también quiera el mío», añadió, vistas las dificultades que está teniendo el número uno del mundo para lograr la decimoquinta victoria en un major.
Después de su inesperada victoria en The Barclays, Adam Scott ha dado más motivos a Tiger Woods (y al resto de la humanidad) para envidiar su temporada. Para empezar, hizo lo que debía hacer: jugar impecablemente y entregar una tarjeta de 66 golpes pese a que, de media, se estaba jugando un golpe por encima del par del Liberty National Golf Club. Con ello superaba el resultado del canadiense Graham Delaet, pero le tocaba esperar.
Primero fue Justin Rose el que hizo tres putts en el último green para quedarse a un doloroso golpe del líder en casa club. Luego, Tiger dejaba agónicamente corto su intento de birdie en el 18, a apenas unos centímetros del hoyo. Por último, era Gary Woodland el que claudicaba en el último momento, fallando un putt de poco más de tres metros y certificando el día funesto del partido estelar (Matt Kuchar, colíder tras la tercera jornada, acabó peor parado después de firmar un impropio +7). Antes
«Supongo que es distinto jugar hora y media por delante de los líderes. Cuando sientes la presión de decidir el torneo, es más difícil, los hoyos se complican y los golpes son más decisivos», indicaba Scott, que con su victoria asciende al número 2 del mundo y de la FedEx Cup. «Es como si me hubieran hecho un regalo, pero está claro que lo acepto».
Tiger Woods llevaba un año sin firmar cuatro vueltas de menos de 70 golpes en un mismo torneo, pero no le fue suficiente. El número uno del mundo tuvo que batallar toda la semana con molestias en la espalda y no dejó clara su participación en el Deutsche Bank Championship, próximo torneo de los playoffs, pese a que su fundación será la receptora de los fondos benéficos recaudados.
Con respecto a Sergio García, el español tropezó en el hoyo 5 y durante el resto de la vuelta no pudo levantar ese triple bogey pese a estar acertado de tee a green. El de Borriol no tuvo un buen día en los greens de Liberty National y acabó trigésimo séptimo.
Solo los 100 mejores de la clasificación de la FedEx Cup disputarán la próxima prueba de los playoffs y dos compatriotas del ganador fueron los principales damnificados de la primera criba. Geoff Ogilvy falló un putt de poco más de medio metro para par en el último hoyo y Aaron Baddeley hizo bogey en los tres últimos hoyos para quedar fuera de juego.
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