El madrileño Alberto Dóniga Lara lleva el golf en la sangre y su vinculación con el deporte que ama va más allá de la pura competición. Cuando no está ejerciendo de director de torneo en torneos auspiciados por la Federación de Golf de Madrid o realizando el libro de distancias de algún campeonato, hace de caddie en pruebas profesionales femeninas o echa una mano a algún compañero que necesita apoyo y consejo. Alberto también presta su imagen como modelo a la firma Polo Swing, que desde hace mas de cuatro años es su patrocinador.
¿Cómo y cuándo llegas al mundo del golf?
Mi primer golpe lo pegué en el campo de la Base Aérea de Torrejón, cuando aún estaban los americanos. Empecé a jugar en torno a los once años. Acompañaba los sábados a mi padre después de jugar al fútbol y un día quise pegarle a la bola… El golf me atrapó rápidamente, y aunque no recuerdo estar muy orgulloso del resultado, después de haber visto mucho golf reconozco que tenía facilidad a la hora de pegarle.
¿Cómo te consideras como jugador?
Nunca he sido un jugador riguroso con la técnica, ya que en los primeros pinitos que hice no tuve orientación. Tal vez de ahí procedan mi estilo y mis sensaciones, un tanto peculiares. Soy cabezón y me cautiva lo que me hace sentir este juego y la competición. Además, soy respetuoso con su historia, admirador de los grandes jugadores y de los lugares de gran tradición golfística.
¿Cuántas horas dedicas a entrenar?
Por mis obligaciones, actualmente ninguna. Solo juego de vez en cuando alguna vuelta con amigos y directamente me planto en el tee del 1 de los campeonatos del Circuito de Madrid o del Circuito Nacional. ¡Es todo un desafío, pero muy divertido!
¿Un golpe que siempre recordarás?
Recuerdo muchos golpes, pero con especial cariño todos los hoyos en uno que he hecho en competición. También guardo en mi corazoncito algún golpe de los últimos hoyos de los torneos profesionales que he ganado.
¿Cuál es el mejor campo en el que has jugado?
Creo que es Carnoustie, me gustaban todos los hoyos y he visto jugar allí a mis ídolos. Valderrama es el más especial de los que he jugado recientemente. El mantenimiento es espectacular y saber que vas a jugar hoyos tan emblemáticos te tiene los 18 hoyos ilusionado como si fueras un niño.
¿Y el mayor obstáculo que has superado en tu carrera?
No me puedo quejar. He podido jugar casi siempre que he querido desde que me enamoré de este juego y prácticamente no he tenido lesiones ni limitaciones. Mi familia me ha apoyado y si he renunciado a algo por el golf ha merecido la pena. Los principales obstáculos me los he puesto yo mismo hasta alcanzar este nivel, algo que entenderán casi todos los golfistas. Cuesta mucho sacar partido a todas tus habilidades durante una vuelta, y más bajo presión. El obstáculo más difícil es el que aún tengo que superar: crecer, afrontar gastos, pagar una casa, trabajar y ser competitivo.
¿No tener patrocinadores es un obstáculo para ti?
Es complicado desarrollar mi carrera profesional sin un respaldo económico que me permita dedicarme al golf competitivo en exclusiva y alcanzar el máximo nivel posible. A pesar de todo, hay dos firmas que confían en mí y me apoyan, Polo Swing y Ping España. Me equipan por completo y me hacen sentir afortunado y muy agradecido, ya que a día de hoy sé lo difícil que es confiar en gente de mi perfil. Desde luego, nunca lo olvidaré.
¿Qué sueños te quedan por cumplir en el golf?
Podría hablar de todas las veces que me he imaginado con la chaqueta verde o llegando al 18 de Saint Andrews en el último partido del domingo con dos golpes de ventaja, pero mi sueño es vivir mi pasión día a día y jugar en el European Tour o el PGA Tour. Que la única preocupación al levantarme sea preparar mi juego para competir.
¿Próximos objetivos?
Sé que la respuesta que voy a dar resulta ambigua, pero yo soy yo y mis circunstancias…y dentro de esas circunstancias seguiré intentando ser lo mejor posible.
¿Qué aficiones tienes?
Me gusta viajar, leer, la gastronomía, el fitness, practicar todo tipo de deportes y, por encima de todo, el golf y todo lo que lo rodea, no puedo evitarlo… Una vez leí que cuando trabajas en lo que te gusta es como si no volvieras a trabajar nunca.
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