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Alejandro Cañizares: «Ha pasado mucho tiempo y tengo que darle las gracias a todo el mundo»
Redacción | 16 de marzo de 2014
Alejandro Cañizares hace balance de su triunfo en Marruecos (foto de Getty Images)
Alejandro Cañizares es un hombre contenido y de maneras suaves, poco dado a efusividades públicas o expresiones altisonantes, pero en su segunda victoria en el European Tour las emociones fluyeron hasta su rostro y empaparon las palabras que pronunció en su primera intervención ante la prensa.
«Ha sido una gran semana y es genial seguir los pasos de mi padre, que jugó aquí hace años pero nunca ganó. Es un momento muy especial para mí. Ha pasado mucho tiempo y tengo que darle las gracias a todo el mundo. Mi caddie me ha llevado muy bien y ha sido un momento increíble. Mi primer triunfo fue hace ocho años y la consecución de la segunda victoria ha sido difícil y había tenido unas cuantas oportunidades, pero esto es magnífico», resumía Cañizares al final de su vuelta.
Curiosamente, sus sensaciones no eran las mejores cuando comenzó la semana, aunque un par de oportunos ajustes cambiaron radicalmente su suerte en Marruecos.
«No estaba satisfecho con mi juego; no le estaba pegando bien a la bola ni estaba pateando bien, pero después de diez minutos practicando con mi entrenador y treinta minutos con un entrenador de putt, todo encajó y me resultó fácil y natural, como si el campo fuera fácil para mí. Ayer estuve muy nervioso y mantuve el ritmo, pero hoy también lo he estado aunque haya parecido tranquilo. He tenido mala suerte con la chuleta del último hoyo, pero da igual», explicaba el golfista español.
Aunque ha rondado la victoria en varias ocasiones y contaba en su haber con cuatro subcampeonatos, la segunda victoria se ha hecho esperar más de lo que muchos auguraban. Aun así, Alejandro Cañizares no perdió la esperanza en ningún momento.
«No estaba preocupado. Pensaba que si seguía trabajando y manteniendo el nivel de juego, llegaría. Este es un gran primer paso para el resto de mi carrera. Tengo que insistir y seguir trabajando, mejorar mi forma y ser más profesional para llegar a donde pienso que puedo llegar».
Por suerte, el tropezón del último hoyo, fruto de un golpe de mala suerte después de que su bola se quedara apoyada en una chuleta, no ha sido más que una anécdota intrascendente que sirve para enfatizar el impresionante margen con el que Cañizares llegaba a su último compromiso.
«No podía pedir nada mejor, pero tenía en mente llegar a -20 y me puse con -21, y es una pena haber retrocedido por culpa de un doble en el último. Pero he ganado el torneo y estoy maravillado. Te imaginas el momento y piensas en qué decir, pero las palabras no te salen. Quiero dejarla [la daga que hace las veces de trofeo del torneo] en un lugar especial en mi casa para mirarla cuando necesite sentirme bien».
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