Con su espectacular victoria en el Dubai World Championship, Álvaro Quirós ha conseguido, de una tacada, cumplir un gran número de objetivos golfísticos y echa el cierre de la mejor manera posible a una temporada de crecimiento y desarrollo, con dos victorias en el zurrón y, lo que es más importante, la sensación de que algo ha hecho clic en su cabeza, algo que tiene más peso que su incuestionable calidad, algo que puede llevarle a aspirar cotas más altas. En la rueda de prensa y las entrevistas posteriores al torneo, que María Acacia López Bachiller y Michael Gibbons han tenido la gentileza de enviarnos, Quirós hacía hincapié en ese aspecto.
“Yo no diría que la victoria haya cambiado nada, sino que el cambio se producirá pensando de manera adecuada, evitando ser demasiado pesimista. Hoy me encontraba muy satisfecho aunque, evidentemente, sentía presión porque iba primero. Pero he notado la diferencia que hay entre mentalizarme bien y hacerlo de manera normal. Si consigo repetir este planteamiento todas las semanas de mi vida, podría marcar una gran diferencia”, explicaba Quirós.
“Lo sucedido en Hong Kong [Quirós salió líder a la jornada final, pero no logró ganar el torneo] ha influido, pero también tengo que reconocer que Johan y Claess, mis representantes, se esfuerzan para hacer que vea las cosas como son y no como yo quiero verlas. Porque siempre hay dos maneras de ver la botella, medio llena o medio vacía, y yo he estado mucho tiempo viéndola medio vacía. Es hora de verla de la otra manera”.
Quirós también se acordaba de los ajustes hechos en su swing, pero volvía a insistir en el aspecto mental.
“Llevo dos o tres meses retocando el swing porque queremos que me convierta en un jugador más consistente. Los cambios funcionan, pero aún no los tengo del todo mecanizados. Tengo que transformarme y al final eso es lo más importante”, indicaba el de Guadiaro, que ponía a Luke Donald como ejemplo de mentalidad fuerte y sacaba a relucir una espectacular estadística del inglés: los 67,5 golpes de media que tiene en las terceras rondas de los torneos del European Tour.
“El swing es la manera de hacer las cosas, pero no es la clave. La mentalidad es lo que mueve al auténtico golfista que llevamos dentro y eso es algo que se ve en Luke. Se siente tan a gusto bajo presión, siendo perseguido por los demás… No es fácil ser el número 1 del mundo cuando todo el mundo quiere atraparte, y él siempre está luchando por los títulos”.
Después de ver el impresionante rendimiento de Lawrie en los greenes del Earth Course, en el momento decisivo del 18 Quirós jamás se planteó la posibilidad de jugar corto en este largo par 5.
“Paul seguía teniendo opciones de hacer birdie en el último hoyo y si yo hubiera jugado corto habría tenido que buscar el birdie con el putt, el golpe más difícil técnicamente. No tenía una distancia desmesurada. Era un golpe cómodo, pese al viento, el lie cuesta abajo y que era con la madera 3. Era una distancia cómoda y tenía que ir a por todas”, explicaba Quirós. “Al llegar al green pensaba en darme una oportunidad dejándola cerca y a la vez meter presión a Paul, pues contábamos que tenía opción de birdie. Además, acabábamos de ver el final de Luke Donald y también eso me preocupaba, pero sabía que si yo hacía el birdie podía ganar el torneo. Era un putt bastante largo, entre 13 y 14 metros de derecha a izquierda, ¡y no sólo la dejé cerca sino que entró!”
“Toda la emoción de las últimas semanas y los pensamientos positivos salieron a flote al meter ese putt. Estoy muy contento. Creo que, entre comillas, se ha hecho justicia después de la semana pasada. Llevo tiempo jugando bien pero en Hong Kong el putt no me acompañó, el último día fue una pena. Esta semana he jugado igual de bien pero he conseguido meter los putts. Todo sirve de aprendizaje, las cosas siempre suceden por alguna razón”.
Y aunque la victoria en Dubái es la más trascendental de su carrera sobre el papel, aún guarda un sitio muy especial para el triunfo que logró en el Open de España en Sevilla y ni se olvida de sus compañeros.
“Ha sido una victoria especial, aquí estaban los cuatro mejores del mundo y muy buenos jugadores, pero ganar el Open de España en Sevilla fue igual de especial, o más. Esta noche lo celebraré con los españoles, el que gana paga la cena y lo voy a hacer encantado. No habrá mucho más tiempo de celebración porque mañana vuelo a Las Vegas donde voy a pasar dos días con Callaway, y el sábado vuelvo a España. Creo que me merezco unas vacaciones”.
Y creo que a estas alturas nadie duda de que las merece.
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