Cuando apenas levantaba un palmo del suelo y suplicaba a su padre Gerry que volviera a poner ese vídeo con los mejores trucos de ‘swing’ de Nick Faldo, Rory McIlroy no imaginaba que el golf llevara aparejada la angustia a la infinita diversión que proporciona. Ningún fin de semana del año resalta esa cualidad de este deporte como el que se avecina: treinta de los mejores jugadores del mundo saben que uno de ellos se llevará un cheque de diez millones de dólares a casa este domingo. Los otros veintinueve le mirarán con la envidia más insana, atormentados por fallar aquel ‘putt’ en el hoyo 12 o por enviar su salida al ‘rough’ en el corto par 5 del 15.
El East Lake Golf Club de Atlanta volverá a acoger el decisivo Tour Championship un año más. Cinco de los protagonistas (Rory McIlroy, Tiger Woods, Nick Watney, Phil Mickelson y Brandt Snedeker) tienen a su alcance la victoria global —y su cheque de locura— en la FedEx Cup sólo con ganar este domingo. Y además de ellos, Louis Oosthuizen puede hacer saltar la banca sin quedar primero, siendo subcampeón al final de los 72 hoyos.
El sistema de puntuación es un galimatías más propio de cualquier simposio del CERN que de una competición deportiva: permite escenarios como un McIlroy vencedor de la FedEx Cup siendo el 29º de 30 participantes, pero también otros en los que se quedaría con la miel en los labios siendo segundo. No se apure: los rótulos de su televisor y los diligentes informáticos del PGA Tour actualizarán puntualmente cada variación en las clasificaciones, y usted no tendrá que preocuparse de nada. Y para los jugadores, sólo un recordatorio: lo más probable es que quien gane el Tour Championship también se embolse el premio gordo final.
El recorrido del East Lake Golf Club no es el caramelo de hace unos años, cuando permitía marcadores de escándalo. Al comenzar a jugarse allí a finales de septiembre, los oficiales decidieron sembrar los ‘greens’ con hierba de tipo Bermuda, y la cantidad de ‘birdies’ comenzó a moderarse inmediatamente. Un juego corto irreprochable parece un requisito clave para ganar en Atlanta, pero lo que marcará la diferencia será la capacidad de templar los nervios. De los cinco primeros clasificados de la FedEx Cup al comienzo del torneo en 2011, sólo Luke Donald fue capaz de competir con dignidad, y Bill Haas se llevó el gran cheque porque no sintió que pudiera ganar hasta que se dio cuenta de que lo había conseguido. Diez millones de dólares ponen a temblar el ‘putter’ más estable del golf.
Rory McIlroy (6) es el principal candidato a llevarse el Tour Championship y la guinda de la FedEx Cup. No será sencillo que se embolse un tercer evento consecutivo tras sus dos últimas victorias, más con una semana de descanso en medio que no beneficia a los jugadores que se encuentran en forma. Si lo consigue, su triplete será una de las demostraciones más asombrosas de la historia del golf.
McIlroy compartirá partido —sí, otra vez— con un Tiger Woods (6,5) que lleva meses asomando por la parte noble de las clasificaciones. Su juego de los domingos ha vuelto a escena; el problema es que aparece durante jueves y viernes, y se desvanece cuando más calienta el sol. Es el único ‘pero’ a una apuesta por Woods, que por lo demás se antoja una opción muy razonable.
Aunque deberán ganarse el afecto de las cámaras, cualquiera de los 28 jugadores restantes puede erigirse en protagonista. La lógica nos indica que debemos apostar por aquellos que han dado señales de estar cerca de su máxima capacidad. Phil Mickelson (13) lleva semanas acechando, y es de los que no sentirá vértigo ocurra lo que ocurra. El flamante jugador de la Ryder Cup Brandt Snedeker (34) tiene una buena pareja de ases bajo la manga: una posición privilegiada en la clasificación, y un extraordinario juego corto.
Dustin Johnson (19), Sergio García, (26), Adam Scott (17) o Louis Oosthuizen (21) son otros de los que han demostrado estar con ganas de marcha en las últimas semanas. Y ahora que ha decidido establecerse definitivamente en Estados Unidos y el PGA Tour, Lee Westwood (19) tiene una magnífica oportunidad de ratificar su mejoría con un galardón de enjundia. Sus sesiones con Tony Johnstone han hecho que su ‘putt’ haya recobrado vida, y si ese progreso se demuestra consistente los torneos caerán uno detrás de otro para el inglés.
Brandt Snedeker ganará la primera jornada a Bubba Watson a cuota 2.
Phil Mickelson entre los diez primeros a cuota 1.9.
Lee Westwood entre los diez primeros a cuota 2.
Adam Scott será el «mejor del resto del mundo» contra Oosthuizen, Senden y Els a cuota 2,62.
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