En sus películas Harrison Ford está acostumbrado de salir de todo tipo de atolladeros, pero ni Han Solo, ni Indiana Jones ni Jack Ryan se habían visto obligados a aterrizar de emergencia en un campo de golf. Esto es lo que tuvo que hacer el actor estadounidense de 72 años después de que su avión, un biplano de entrenamiento Ryan Aeronautical ST3KR construido durante la Segunda Guerra Mundial, sufriera una avería en el motor poco después de despegar del aeródromo de Santa Mónica.
Ford tuvo que regresar de inmediato al aeródromo pero no consiguió llegar a la pista, con lo que no le quedó más remedio que aterrizar cerca del green del hoyo 8 del campo de golf de Penmar, en Venice, California. Pese al estado en que quedó el aparato, Ford salió por su propio pie de la carlinga y solo sufrió varios cortes y golpes en el rostro.
No es el primer golfista que aterriza (voluntariamente o no) en un campo de golf. El campeón estadounidense Tony Lema, una de las estrellas del panorama mundial en los 60 y ganador del Open Championship de 1964 en St. Andrews, perdió la vida en el obstáculo de agua que custodiaba el green del 7 en el Lansing Country Club de Illinois después de que la avioneta Beechcraft Bonanza en la que viajaban se quedara sin combustible.
Por otro lado, también son famosas las dos anécdotas protagonizadas por Howard Hughes, empresario multimillonario inmortalizado por Leonardo DiCaprio en El aviador, que llegó a aterrizar en pleno Bel-Air Country Club para impresionar a Katherine Hepburn, que vivía junto a la calle del hoyo 14 de este campo. Después de aterrizar, Hughes sacó los palos de golf del avión y se unió a la partida de la actriz. Posteriormente, el 7 de julio de 1946, Hughes intentó aterrizar, esta vez a su pesar, en otro campo de golf. El empresario estaba probando el prototipo del XF-11, un avión de reconocimiento del Ejército, y después de un escape de aceite Hughes intentó salvar el aparato aterrizando en el Los Angeles Country Club. Sin embargo, segundos antes de llegar al campo el XF-11 perdió altura y se estrelló en la barriada aledaña destrozando tres casas, aunque Hughes consiguió salir vivo del accidente.
Para acabar, aunque cronológicamente fuera el primero, rescatamos la historia de Percy Belgrave Lucas, “Laddie Lucas”, un gran jugador zurdo que entrenaba de chaval con el gran Henry Cotton, fue internacional inglés, acabó como mejor amateur del Open Championship de 1935 y posteriormente capitaneó el equipo británico de la Walker Cup.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Lucas se presentó voluntario para entrar en la RAF, fue uno de los pilotos más laureados por su participación en la defensa de Malta y en 1944, en un combate sobre el norte de Francia, fue alcanzado por un Messerschmitt ME109 e intentó llegar a la bahía de Sandwich, su lugar de origen. A Lucas se le paró el motor de su Spitfire, pero reconoció la casa club del Prince’s Golf Club e intentó aterrizar en la calle del hoyo 9, si bien terminó haciéndolo sobre la panza y «fuera de límites». Lucas salió ileso del incidente y, al bajarse del avión, hizo gala de la estereotípica flema británica al declarar: “Nunca he conseguido coger esta dichosa calle”.
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