Este sitio emplea cookies de Google para analizar el tráfico. Google recibe información sobre tu uso de este sitio web. Si utilizas este sitio web, se sobreentiende que aceptas el uso de cookies.

Zona Pro

Beatriz transforma el trabajo en una victoria memorable

Enrique Soto | 25 de marzo de 2013

El nombre de Beatriz Recari se asocia al trabajo. La apodada “Iron Woman” (“Mujer de hierro”) juega todos los torneos de la temporada en el circuito, cuida su dieta hasta el más mínimo detalle y se podría decir que ha trabajado más desde su primera victoria en el LPGA Tour que antes de conseguirla. El resultado de esta poderosa combinación fue un liderato tras tres jornadas en el Kia Classic, que no estaba construido a base de decenas de birdies sino, como decía Ben Hogan, de fallar mejor. En 54 hoyos Beatriz no cometió un solo bogey.

Pero cada semana podemos ver cómo la lucha por el triunfo altera los nervios y es capaz de cambiar el transcurso de una trayectoria intachable. Jugadoras que encadenan impacto tras impacto en el centro de la cara del palo comienzan a cometer errores de principiante, golpes pesados, putts que se pasan tres metros del hoyo… Es difícil sostener la mirada a la victoria y los errores suelen aparecer cuanto más tiempo se lleva haciéndolo. Beatriz tenía dos golpes de ventaja y firmó cinco pares seguidos hasta cometer el primer bogey del torneo en el hoyo 6, dejando una puerta abierta a sus perseguidoras. Stacy Lewis olió la sangre y firmó cuatro birdies en diez hoyos para igualarla en la clasificación; I.K. Kim, en un ejercicio de consistencia, también rondaba el primer puesto y la siempre peligrosa Karrie Webb miraba de reojo buscando también su oportunidad. Había tantas jugadoras en tan pocos golpes que parecía no haber una primera posición en la tabla, sino un montón de talento concentrado a la espera de que finalizara el torneo. Los segundos nueve hoyos del Aviara Golf Club, sin embargo, marcaron una eliminación progresiva de candidatas.

Fue una batalla de barro y sudor, donde Beatriz cometió otro bogey en el 11 para responder más tarde con un birdie en el 16. Estaba fallando más greenes que en toda la semana y su putter no estaba precisamente fino, pero los pares parecían ser buen resultado ante el colapso de Lewis, el desmoronamiento de Creamer o la irregularidad de Webb. El torneo pasó entonces a ser una competición de consistencia y, claro, 59 hoyos sin un bogey son un dato muy a tener en cuenta. En el hoyo 18 solo le hacía falta un par para imponerse sobre Kim, pero no llegó. Poco más de dos metros hasta el hoyo y la navarra dejaba escapar la primera oportunidad de ganar en California. Había desempate y los antecedentes eran positivos. “Me dije que todavía tenía otra oportunidad”, comentó Recari. “Tenía buenos recuerdos de mi único playoff como profesional, que gané, y Andreas (su caddie y novio) me dijo ‘ya has hecho esto antes y conoces ese green’”.

El hoyo 18 le ofreció la segunda oportunidad para cerrar el torneo, pero tampoco lo consiguió. I.K. Kim no acostumbra a sacar lo mejor de sí misma en las situaciones de mayor presión pero parecía ir acostumbrándose a las puertas que Beatriz dejaba abiertas, como si se encontrara en un curso intensivo para jugar bajo presión. Ambas empataron con bogey y volvieron al tee de salida. “De nuevo la madera 3”, explicó Recari. “Pegué un hierro 6 suave, algo más agresiva que la primera vez. Creo que mi caddie me engañó un poco y me alineó un poco más hacia la bandera. Estábamos apuntando hacia un Kia grande y la bola salió directa hacia el trapo”. Su bola finalizó algo corta de green, pero lo suficientemente cerca como para utilizar el putter. Fue el último golpe que tendría que dar en el torneo. Beatriz alzó los brazos y soltó un grito que hablaba de todo lo que había trabajado hasta entonces, en lo que supuso la transformación de las horas de prácticas en un júbilo incontrolable.

Decía Unamuno que el modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura. Beatriz es apodada la mujer de hierro y ha tenido que soportar una espera, quizá, demasiado larga para volver a ganar. Ella lo explicaba así con el trofeo entre los brazos: “En España cuando una mujer se casa mantiene su apellido, no como en Estados Unidos. Mi abuela era una mujer muy dura y mi madre también. Recuerdo que siempre me decía: ‘Tú eres dura, tú eres Eransus, no solo Recari, eres Eransus, no lo olvides’”. Aquellas palabras fueron una gasolina especial de la que se alimentó para sacar una de las mayores virtudes de las grandes campeonas: ganar incluso cuando su juego no muestra su mejor versión; quitarse el disfraz del talento y vestirse con el mono de trabajo. “Conseguí meter el putt”, decía en rueda de prensa con una gran sonrisa.

Azahara Muñoz subió hasta la novena posición en la tabla pocos días antes del comienzo del Kraft Nabisco Championship, mientras que Carlota Ciganda finalizó vigésimo primera y Belén Mozo trigésimo tercera. Nunca el golf femenino español ha brillado tanto.

Resultados completos

Deja un comentario

Si estás registrado, la publicación de tus comentarios será instantánea. Asegúrate de escribir correctamente tanto tu nombre de usuario como la dirección de correo electrónico que incluiste durante el registro.
Si no estás registrado, tus comentarios quedarán pendientes de moderación. Regístrate aquí.

Comentario: