Harvey Penick acostumbraba a decir que los árboles estaban llenos de grandes pegadores, o lo que era lo mismo: no hace falta destrozar la bola desde el tee para hacer pocas. Si hubiera visto el despliegue de Keegan Bradley durante las dos primeras jornadas del CIMB Classic, quizá se hubiera retractado un poco, o añadir: “Bueno, hay excepciones”. El número 15 del mundo, sin victorias durante la última temporada del PGA Tour, ha aterrizado en Malasia con la única intención de no pasar todo un año sin saborear las mieles del triunfo y se ha llevado consigo toda su potencia; esta vez, controlada. “Quien coja más calles esta semana ganará”, sentenció sonriente tras firmar 66 impactos.
Y es muy probable que tenga razón. El Kuala Lumpur Golf & Country Club es corto para jugadores como él, que promedian más de 300 yardas a lo largo del curso en América. Si además consiguen ir recto, el panorama es tan claro como para coger un wedge y posar al final del swing; las oportunidades de birdie se suceden. Bradley consiguió cinco en sus nueve primeros hoyos, en los mismos en los que también los consiguió ayer (entre el 2 y el 7), pero más que el resultado, se trató de la forma: no pareció luchar en exceso para conseguirlos. A diferencia de otras semanas, no se le ve acelerado dando botes alrededor de su bola, en esa especie de ritual en la que todo su cuerpo se mueve antes de colocarse para pegarla. Hoy miró al objetivo, se alineó y mandaba un impacto certero tras otro a las nubes. “Sí, la distancia es una gran ventaja”, declaró. “Pero también estoy pegando a la bola súper recto. Es difícil recordar un momento en el que estuviera más preciso que ahora”.
La clasificación refleja estos días felices. Su acumulado de menos trece le otorga cuatro impactos de ventaja sobre Ryan Moore, segundo clasificado, y cinco sobre los terceros, Kiradech Aphibarnrat y Chris Stroud. Nadie, excepto él, ha sido capaz de encadenar dos buenas vueltas consecutivas en un escenario que intimida por su estrecho margen de error desde el tee. El ritmo al que marcha ahora mismo la victoria es el que impone Keegan, o como declararía posteriormente Stroud, “cuatro o cinco bajo par por vuelta”. El bombardero también sabe navegar en línea recta: 24 de 28 calles le han valido 14 birdies en 36 hoyos.
Sergio García ha retrocedido hasta la quinta posición tras firmar 71 golpes. La vuelta, sin embargo, podría haber sido mucho peor si su juego corto no hubiera salido al rescate. El castellonense cogió ayer el 85% de calles y el 94% de greenes, mientras que en esta segunda jornada falló la mitad desde el tee (50%), reflejándose ese resultado en sus segundos golpes (55%). Sus cuatro birdies le permitieron recortar un impacto al recorrido y mantener las opciones de cara al fin de semana; eso sí, a seis de un líder implacable. Marc Leishman, desde el menos siete y tras entregar la mejor tarjeta del día (65), también esperará su oportunidad.
No se efectuará un corte esta semana, por lo que todos los jugadores tendrán la oportunidad de subir puestos durante los dos próximos días. Phil Mickelson, todavía con problemas técnicos en su swing, marcha con menos tres, mientras que otros ilustres como Ernie Els o Bubba Watson se encuentran sobre par.
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