Zona Pro
Bradley duda y el caos se apodera del CIMB Classic
Enrique Soto | 26 de octubre de 2013
Era el torneo de Keegan Bradley. No solo estaba sacando partido a su enorme pegada desde el tee, a base de cañonazos al centro de la calle, sino que su juego corto parecía estar también a la altura según indicaba su acumulado de menos trece en dos jornadas. Tenía cuatro impactos de ventaja sobre el segundo clasificado, tres sobre el quinto y estaba tan confiado como cualquiera de los que ganan cada semana en el PGA Tour. Sí, el bombardero Bradley olía el triunfo. Pero ya lo avisó Harvey Penick hace unas décadas: “Los árboles están llenos de grandes pegadores”. En los segundos nueve hoyos del Kuala Lumpur Golf & Country Club, recorrido estrecho y lleno de trampas, las bombas que antes volaban en línea recta comenzaron a desviarse.
Fue un tratamiento despiadado. Keegan marchaba con menos uno tras finalizar el hoyo 11, en lo que parecía un día más en su camino hacia la victoria, para después firmar un doble bogey en el 12 y tres errores más antes de entregar su tarjeta (13, 16 y 18). Lo que parecía control se tornó en caos, la confianza se pobló de dudas y un torneo casi cerrado se abrió hasta implicar a una decena de nuevos candidatos, felices con el desenlace del llamado día del movimiento. 41 impactos necesitó Bradley en esos segundos nueve hoyos. Del menos trece pasó al menos nueve, la sexta posición en la tabla.
Ocurre muchas semanas en este circuito: el líder titubea y un buen puñado de aspirantes cogen el relevo en un abrir y cerrar de ojos. Solo un parpadeo fue necesario para que Chris Stroud y Ryan Moore subieran a lo más alto, gracias a vueltas de 68 y 69 golpes, respectivamente. El menos doce era el nuevo número ganador. “Fueron casi dos días diferentes ahí fuera”, declaró el segundo, que marchaba con menos seis en el 10 y cometió cuatro errores en la segunda vuelta. “Si pateo bien voy a tener oportunidades mañana y sé que voy a meter varios birdies”. Tras finalizar noveno en Las Vegas, Moore vuelve a demostrar que este tramo del calendario es su preferido, ya que hace dos años consiguió en una semana como esta su segundo triunfo en el PGA Tour.
Stroud también sufrió en varios de los últimos hoyos de este campo, pero su discurso fue más convincente que el de sus rivales. Dos errores, en el 12 y el 15, le impidieron cobrar una mayor ventaja de cara a los últimos 18 hoyos, aunque el norteamericano se mostró contento por cómo habían salido las cosas y dispuesto a conseguir su primera victoria en el circuito. “No necesito hacer nada fuera de lo normal”, comentó. “Solo tengo que seguir mi plan de juego, pegar golpes de calidad, meter putts y confiar en mis partes fuertes, que son chispear, patear y los wedges”. Quizá sea mucho en lo que confiar a lo largo de toda una vuelta, pero Stroud estaba ayer muy tranquilo; quizá lo suficiente como para creer también en sus posibilidades mañana.
Solo un hombre consiguió mejorar su resultado en la tercera jornada del CIMB Classic. Se trata de Gary Woodland, un hombre nuevo desde que mejorara su juego corto a lo largo de la pasada campaña. Ganó el Reno-Tahoe Open y firmó 67 impactos en Malasia, ascendiendo hasta la tercera posición con menos once. Kiradech Aphibarnrat, con un 69, también ocupa la misma plaza.
Sergio García repitió el resultado de la segunda jornada (71 golpes) y bajó hasta la novena posición, con menos ocho. Cuatro impactos le separan ahora de los líderes y necesitará mañana de una vuelta memorable para tener una opción de victoria en los últimos hoyos.
Deja un comentario