Los “ilustres modestos” estadounidenses han demostrado que son capaces de plantarle cara a sus mediáticos compañeros en este PGA Championship, pero ¿saldrán bien parados cuando el torneo esté en juego en el brutal tramo que cierra el Atlanta Athletic Club?
Brendan Steele y Jason Dufner (-7 ambos) comparten el primer puesto en el último major de la temporada, con un golpe de ventaja sobre Keegan Bradley y dos sobre el veterano Scott Verplank, en una jornada en la que, a grandes rasgos, se mantuvo el statu quo establecido el viernes y algunos aspirantes vieron frustradas sus opciones de título en el “cuarteto de la muerte”, el trecho comprendido entre el hoyo 15 y el 18 de este campo.
Mientras Steele (otro rookie ganador esta temporada del Valero Texas Open) se incorporaba a la revolución de los modestos y Dufner y Bradley aguantaban el tirón (meritorio el esfuerzo de este último, tras comenzar con un duro doble bogey en el 1), el movimiento lo ponían por detrás David Toms (que ya ganó el PGA en este campo en 2001) y Charl Schwartzel, los dos últimos ganadores de grandes metidos en el top ten, que gracias a sus vueltas de -5 y -4 en el día se han metido a cinco golpes de los líderes y con opciones de asaltar la cabeza.
Mientras tanto, Donald y Furyk, entre otros, veían frustradas sus esperanzas en el hoyo 18 (algo que también les ocurriría a los españoles Larrazábal o Jiménez, de quienes hablamos en otro artículo).
Y entre todos ellos, los veteranos Verplank (-5), Stricker (-4) y dos nórdicos que están pasando desapercibidos y siguen en el top ten sin hacer ruido y sopesando sus posibilidades, Anders Hansen y Robert Karlsson. Curiosamente, el danés Anders Hansen tiene dos victorias en el equivalente europeo a este torneo, el BMW PGA Championship, buque insignia del circuito continental. A priori parecen escasas las opciones de los representantes europeos, pero los cuatro hoyos finales van a dar muchos disgustos en la jornada definitiva y no conviene precipitarse con los pronósticos.
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