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Zona Pro

Cabrera y Flores, colíderes en un Wells Fargo imprevisible

Redacción | 03 de mayo de 2014

El genio no sabe de horarios, ni de fechas en el calendario (parafraseando la célebre tonada), aunque el talento de Ángel Cabrera parece despertar en las grandes ocasiones. Resulta curioso que tres de sus cinco victorias en los grandes circuitos hayan sido en dos majors y en el buque insignia del European Tour, el BMW PGA Championship. No dice mucho de su regularidad, pero no puede ser una prueba más elocuente de su competitividad en las grandes citas.

Sin ser consciente de ello, Cabrera entra y sale de la «zona», esa región intangible que buscan los deportistas de élite y en la que se convierten en competidores invulnerables. Mientras tanto, otros rivales le tienen que fiar todas sus bazas al método y a la planificación. El argentino es talento puro, y el talento acaba saliendo a relucir y no sabe de antecedentes ni de estadísticas.

Después de un inicio de temporada calamitoso, con solo dos cortes superados en el PGA Tour, el argentino se mantiene en cabeza en el Wells Fargo Championship después de 36 hoyos, compartiendo el liderato con el estadounidense Martin Flores. En un Quail Hollow inmisericorde con otros ilustres rivales (como Phil Mickelson y Rory McIlroy, maltratados por el recorrido diseñado por Cobb y remozado por Fazio), Cabrera y Flores han subido el -9 al marcador y sacan un golpe al inglés Justin Rose, otro ganador de un US Open que aspira a todo.

«Claro que estoy contentode encontrarme en disposición de ganar el torneo, pero cada vez que salgo a jugar espero ganar. Es difícil saber exactamente cuándo vas a jugar bien. No creo que nadie sepa cuándo va a jugar bien», explicaba el argentino al final de su vuelta.

Después del 80 que entregó al final de la jornada inicial, seguramente Brendon de Jonge era de los que no sabía que iba a ocurrir y ni se imaginaba un cambio de rumbo tan brutal como el que experimentó su juego en la segunda vuelta: 62 golpes, con récord del campo igualado (aunque el campo es ahora más largo que cuando Rory McIlroy estableció esta marca en 2010) y corte superado, dieciocho golpes de diferencia entre una jornada y otra. Otra muestra de la volubilidad del genio y de las alternativas en el mundo del golf. Ahora hay que procurar que el cambio de tendencia no sea inverso, porque el latinajo Sic transit gloria mundi debería ir grabado a fuego en las bolsas de todos los jugadores de golf.

Por desgracia, el único español presente en el torneo, Gonzalo Fernández-Castaño, tampoco tuvo su día en Quail Hollow y ya vela armas de cara al próximo e importante compromiso del calendario, el The Players de la semana que viene.

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