Al tercer día, el sol salió en Wentworth y los resultados bajaron drásticamente. Atrás quedaron el agua y el frío que habían elevado la media de golpes ampliamente por encima de los 70 impactos y el recorrido inglés volvió a parecerse al que Luke Donald dominó en 2012. El nombre de Francesco Molinari figuraba en lo más alto de la clasificación al comienzo de la jornada y parecía ir quedarse ahí arriba durante lo que restaba de torneo, o al menos eso podía deducirse tras su despliegue en los seis primeros hoyos. Birdie al 2 y un putt que no entró por bien poco para eagle en el 4 dejaban al italiano en disposición de ejecutar su estrategia favorita: coger greenes en regulación hasta que llegara la noche. Ni él ni nadie se podía imaginar lo que iba a tener que afrontar a continuación.
Molinari firmó un bogey en el 7, muy en su línea de cometer tres errores por vuelta durante los dos primeros días de competición, pero en el 8, con un wedge en las manos, mandó su bola a la izquierda de bandera y alcanzó el agua que, esta vez, no caía del cielo. Fue un fallo inexplicable, tan sorprendente como el triple bogey que anotó en su tarjeta o el nuevo error que cometió en el 9. Era uno de los jugadores más sólidos del Circuito Europeo cayendo en barrena por la clasificación mientras sus contrincantes seguían recortando golpes, pero sirvió como aviso a quienes pensaban que este campo no contaban con peligros inminentes. Un mal impacto y zas, números negros en una trayectoria impoluta. “Nadie saldrá de aquí sin pagar peaje”, parecía transmitir la escena.
Las palabras que pronunció Ben Hogan hace décadas cobraban fuerza a medida que fue avanzando la jornada: “Este es un juego de fallos. El que falle mejor va a ganar”. Quizá él hubiera sido capaz de controlar la competición en este recorrido, pero su más directo imitador en el día de hoy se llamó Alejandro Cañizares. Debilitado tras una meningitis que todavía le provoca dolores de cabeza, libre de la exigencia de dar su mejor versión en cada impacto, el malagueño emprendió un vuelo sin motor que le llevó por la vía más rápida hacia los resultados más bajos, es decir, los birdies. Apenas perdonó cuando la ocasión requería meter un putt y llegó a firmar seis a lo largo de la jornada, que con tan solo dos bogeys le permitieron finalizar con 68 golpes (menos cuatro). Atrás quedaron los días en que había que luchar por pasar el corte o en los que el swing parecía funcionar a su antojo, y no bajo sus órdenes. Doce calles, catorce greenes en regulación y una versión de su juego absolutamente certera y previsible. Líder del torneo.
“Es un placer estar en esta situación”, declaró. “No lo esperaba pero obviamente es una gran oportunidad jugar con Lee Westwood, y lo he hecho unas cuantas veces y sé cómo es. Voy a intentar disfrutarlo y jugar mi golf, concentrarme en cada golpe y ver qué pasa”. Ese será su principal rival en la última y definitiva jornada. Recuperado su juego largo y con las ideas más claras en lo que alrededor de green se refiere, Lee siguió los mismos patrones que Cañizares para entregar un 67 en casa club, quedando a solo un impacto del español. Su presencia impone en este recorrido, donde ya perdió contra Donald en playoff en 2011. El inglés clama redención tras una buena temporada sin triunfos y mucho trabajo a las espaldas, y Alejandro lo sabe: “Sé que voy a estar nervioso. Seguro que voy a estar más nervioso que él”. De su capacidad para transformar esa presión en una motivación añadida dependerá su futuro en Wentworth.
Matteo Manassero y Marc Warren confirmaron sus aspiraciones con vueltas de 69 y 70 impactos, respectivamente, alcanzando un acumulado de menos siete y quedando a solo dos de la cabeza. Shane Lowry es quinto con menos seis, mientras que Sergio García y Pablo Larrazábal enviaron sus propuestas con excelentes resultados: 68 y 67 golpes cada uno. El liderato está a cuatro, pero recuerden a Francesco y a la sensación de invencibilidad. Hasta el último golpe del último hoyo los peligros acechan. Junto a ellos figuran los nombres de Lee Slattery, Richard Bland, Mark Foster, los hermanos Molinari y un joven y prometedor Eddie Pepperell.
Miguel Ángel Jiménez dio una nueva muestra de lo que supone gestionar el tiempo con elegancia y brillantez, firmando 67 golpes y subiendo hasta la decimocuarta posición, que comparte también con un Álvaro Quirós recuperado. Gonzalo Fernández-Castaño es cuadragésimo sexto con mas uno y Olazábal septuagésimo con mas ocho.
Alejandro Cañizares BMW PGA Championship Eddie Pepperell European Tour Graeme McDowell Ian Poulter Ignacio Garrido James Kingston Jorge Campillo José Manuel Lara José María Olazábal Justin Rose Lee Slattery Lee Westwood Luke Donald Marc Warren Mark Foster Matteo Manassero Miguel Ángel Jiménez Pablo Larrazábal Race to Dubai Race to Dubai 2013 Rafa Cabrera-Bello Richard Bland Rory McIlroy Sergio García Shane Lowry Wentworth Wentworth Club Wentworth West Course
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