El año pasado Europa recuperó a Henrik Stenson como uno de sus jugadores importantes de cara a la Ryder Cup. Esta temporada, puede que sea la de Paul Casey. El que fuera número 3 del mundo comenzará el fin de semana en el Memorial Tournament asumiendo el liderato en solitario tras dos vueltas consecutivas de 66 golpes (-6) con las que aventaja en tres golpes al ganador del Masters de Augusta, Bubba Watson.
Atrás quedan ya las lesiones de costillas de 2009 y el famoso accidente haciendo snowboard de 2011 en el que fue el hombro el perjudicado. El año pasado dio síntomas inequívocos de su recuperación cuando venció en el Open de Irlanda y éste ha ido despejando las incógnitas con cinco finales entre los 20 primeros en el PGA Tour. Esta semana juega en Muirfield Village con una invitación del patrocinador y, aunque admite que es pronto para adelantar acontecimientos, ayer reconoció estar «eufórico» tras el juego desplegado.
No se puede estar de otra manera cuando estás seguro desde el tee (decimotercero en precisión con el drive), acertado con los hierros (segundo en greenes en regulación) y letal en los greenes (decimosexto en estadísticas de putt). Y de este modo, llegan tarjetas de seis birdies, un eagle y dos fallos a los que quitaba hierro Casey. «Ha habido un par de fallos pero así es Muirfield Village. Es un campo complicado y no necesitas hacer gran cosa para cometer un fallo».
Que se lo digan a Rory McIlroy. Habiendo entregado un 63 el primer día, el norirlandés firmó el viernes quince golpes más con un 78 que incluyó tres doble bogeys seguidos. Su comienzo no pudo ser peor, acumulando ya un +6 en el primer tercio del recorrido a base de tripatear el hoyo 13, irse al agua en el 14 y golpear dos veces con el palo su bola en un chip realizado en el 14. De este modo, cayó hasta el -3 total y ocupa en estos momentos la 24ª posición.
Gonzalo Fernández-Castaño peleó por meterse en el corte y finalmente estará el fin de semana en Muirfield Village. Tras su 73 del jueves era consciente de que necesitaría birdies para jugar los cuatro días y en apenas seis hoyos ya había apuntado tres en su tarjeta. Finalmente entregó un 70 (-2) en el que rozó el hoyo en uno en dos ocasiones.
Primero fue en el 12. Su primer birdie del día llegaba en este par 3 de 142 metros en el que dejó la bola a 22 centímetros. Más tarde, el último acierto llegaba de manera similar, haciendo aterrizar su bola a 15 centímetros del agujero en el 8. Tal vez, dos buenos presagios de cara al fin de semana.
Deja un comentario