La madre naturaleza volvió a ser inmisericorde con el PGA Tour. Por decimocuarta vez en los 27 torneos que llevamos de temporada en el circuito americano, las condiciones meteorológicas obligaron a suspender momentáneamente un torneo. En esta ocasión le tocó el turno al AT&T National, cuya segunda jornada se vio paralizada con casi la mitad de jugadores todavía sin completar sus 18 hoyos del viernes. Sí pudieron concluir sus vueltas los dos jugadoes que mandan en estos momentos en la clasificación, Roberto Castro y Jordan Spieth, dos jugadores que buscan su primera victoria en un campo tan exigente como Congressional Country Club.
Después de que Castro comenzara liderando el torneo en solitario tras su 66 del jueves, la duda era saber si podría mantener el nivel mostrado en una mágica primera jornada o si volveríamos a ver un episodio similar al del TPC Sawgrass, donde tras empezar el THE PLAYERS igualando el record del campo con un 63, firmó al día siguiente una tarjeta de 78 golpes. Nada que ver. Por mucho que ya en el hoyo 3 perdiera un golpe con su primer bogey del día, finalmente el norteamericano sacó la clase que viene demostrando con pinceladas en varios torneos del PGA Tour y remontó con tres birdies que le hicieron acabar con 69 golpes (-2) para -7 total.
Los grandes jugadores aprenden de los malos momentos. Y la experiencia de Sawgrass ayudó a Castro a controlar la situación. «Me he sentido bien. Probablemente he aprendido mucho (de lo de Sawgrass) y me he dado cuenta que una vuelta no significa nada. Simplemente había que continuar y he podido ser capaz de hacerlo».
La única diferencia respecto a su posición de un día para otro es que ahora no lidera en solitario sino que comparte tal privilegiada plaza con un jugador llamado a ser una de las grandes estrellas del panorama golfístico estadounidense. Jordan Spieth ha dejado de ser ese chaval de 16 años que sorprendió al público local concluyendo el HP Byron Nelson en la 16ª posición en 2010. En estos momentos es un jugador peligroso para sus rivales por varios motivos.
A pesar de comenzar la temporada 2013 sin tarjeta en el PGA Tour, sus buenas actuaciones, entre las que destacan 4 top 10, le han llevado a conseguir más de 900.000 dólares, cantidad suficiente para ganarse por lo tanto la tarjeta para el año que viene automáticamente. Ahora, con el primer objetivo que se marcó al principio del año ya cumplido, busca una victoria que le llevaría a su siguiente meta: los playoffs de la FedEx Cup.
«No puedo meterme en los playoffs a no ser que gane, así que eso hace que ganar sea mi primera meta. Me encantaría meterme en los playoffs y jugar contra los mejores de este año. El objetivo de todo el mundo es ganar la FedEx Cup. También quiero subir todo lo que pueda en el Ranking Mundial y la manera de hacerlo es metiéndome en esos playoffs», afirmó Spieth tras su 66 (-5) del viernes.
Motivación, parece que le sobra y además, sus estadísticas del año 2012 nos demuestran que es un jugador que se maneja bien en campos difíciles. El año pasado firmó su mejor actuación (21º) en el US Open, así que no parece descabellado tenerle en cuenta para el domingo en un campo que ha albergado ya tres Abiertos de los Estados Unidos.
Siguiendo de cerca a Castro y Spieth se encuentra D.H. Lee, autor de un 66 (-5) que le sitúa a dos golpes de los líderes. Con idéntico resultado pero con cinco hoyos por jugar de la segunda jornada, tenemos al argentino Andrés Romero.
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