Tal vez tenga solo 26 años y en su documentación del PGA Tour figure el termino «novato», pero Chesson Hadley no es el típico rookie. Por cómo se maneja en el campo, por las declaraciones que hace y por el desparpajo con el que afronta sus compromisos más importantes. Ya lo demostró el año pasado al imponerse en dos de las principales citas del Web.com Tour, y lo dejó claro después de la tercera jornada del Puerto Rico Open cuando se marchó descontento pese al 67 que había logrado el sábado.
«Voy a ir a por todas las banderas. Tienes que ser agresivo aquí. Es lo que he aprendido. Si puedo hacer otro -5, -6 ó -7 mañana, creo que estará bien», declaró. Dicho y hecho: el estadounidense sabía que el Trump International Golf Club podía premiar con una tarjeta estratosférica a un jugador en racha y no quiso dejar nada al azar.
Con su segundo 67 en el torneo llevó el marcador hasta un -21 que batía la plusmarca del Puerto Rico Open establecida el año pasado por Scott Brown y hacía vanos los esfuerzos de sus perseguidores, el neozelandés Danny Lee y el estadounidense Ben Martin.
De este modo, Hadley consigue su primer triunfo en el PGA Tour en su decimocuarto torneo, una precocidad que augura un gran futuro al jugador educado en Georgia Tech, un zurdo que juega como diestro que yasuma tres top 10 esta temporada.
El español Rafa Cabrera-Bello salía a cuatro golpes de Hadley con ciertas opciones de victoria, que se vieron reforzadas con un birdie en el hoyo 3, pero cada acierto en la primera mitad del recorrido llegó de la mano de un error y el grancanario sufrió en el tramo final. No obstante, Cabrera-Bello se despidió con estilo y un gran birdie en el último hoyo del torneo para dejar un +2 en el marcador que le hizo descender hasta la vigésimo cuarta plaza, su segundo mejor resultado en Estados Unidos por detrás del decimoséptimo del año pasado en el Accenture.
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