En este fin de fiesta no hay actores secundarios. Todos y cada uno de los treinta jugadores que lucharán por el título del Tour Championship tienen opciones de adjudicarse la FedEx Cup y su sustancioso botín de diez millones de dólares, aunque solo los cinco mejores dependen de sí mismos. Y al frente de este quinteto está Jason Day, que con cuatro victorias en sus seis últimos torneos ha conseguido lo imposible: relegar de la conversación al chico de oro del golf estadounidense y doble ganador de majors este año, Jordan Spieth.
Day llega rebosante de confianza y ocupando el número uno del mundo. Dice ser el extraño fruto de un posible romance entre Rory McIlroy y Jordan Spieth, ya que aúna sus mejores habilidades (la contundencia y la precisión con el driver del norirlandés y el toque con el juego corto del estadounidense) y la batalla psicológica parece que la tiene ganada en un final de año que a más de uno se le está haciendo largo. Por todo ello es favorito en el East Lake Golf Club y podría convertirse en el primer australiano que consigue hacerse con la FedEx Cup. En su zurrón, dos victorias en los playoffs (Barclays y BMW) y solo el «reseteo» de puntos le impide haberse hecho ya con la victoria matemática.
Ese reinicio de la clasificación mete en la ecuación a todos los participantes en Atlanta, aunque solo los cinco mejores tienen asegurado el triunfo en la clasificación general con una victoria en esta última semana. Por tanto, Jordan Spieth es segundo y es el único, junto a Day, con cuatro o más títulos este año. Sin embargo, los dos cortes fallados en el Barclays y el Deutsche Bank Championship ponen un signo de interrogación a las posibilidaes del astro texano.
De Rickie Fowler no se acordaba casi nadie pese a su victoria en The Players, pero el título en el Deutsche Bank lo devolvió al primer plano de la actualidad y hay quien se pregunta si no habría que ampliar el «Big Three» actual y admitir a Fowler junto a Day, Spieth y McIlroy.
Las bazas europeas son Henrik Stenson, cuarto, Rory McIlroy, undécimo, Justin Rose, duodécimo, y Paul Casey, vigésimo segundo, solo el sueco está en disposición de aguarle la fiesta a sus tres predecesores independientemente de lo que ellos logren. Stenson ya lo logró en 2013 con un triunfo en East Lake y dado que Billy Horschel, el ganador del año pasado, no está en Atlanta, es el «campeón defensor» de facto.
Obviamente, después de su buena actuación en el BMW Championship hay curiosidad por ver si Rory McIlroy «achucha» a sus acreditados rivales, aunque su esfuerzo de última hora pueda verse frustrado por la posición en que llega a este último torneo. Para hacerse con la FedEx Cup, el norirlandés debería ganar y que Day acabara sexto empatado o peor; Spieth, cuarto empatado o peor; Fowler, tercero empatado o peor; Stenson, segundo empatado con otros dos jugadores o peor, y Watson segundo empatado o peor. Sin duda, una quimera de tintes cabalísticos… pero cosas más raras se han visto. Y si no, que se lo digan a Bill Haas, que llegó en la vigésimo quinta plaza en 2011 y se adjudicó el título después de una serie increíble de carambolas (y de su triunfo en Atlanta, por supuesto).
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