Más de lo mismo en el turno de tarde del Open de España de Golf… aunque la expresión con la que iniciamos la crónica, que habitualmente asociamos a términos como hastío o rutina, no puede tener connotaciones más positivas en este caso. Ese «más de lo mismo» implica más españoles entre los mejores en una clasificación apretada, aunque siendo exactos la tarde terminaba mejor que la mañana, en la que destacaba especialmente Sergio García.
Rafa Cabrera-Bello y Miguel Ángel Jiménez se incorporaban al paquete delantero de la clasificación con dos vueltas en las que combinaban precisión y estilo en un campo que está haciendo muy pocas concesiones y que castiga duramente los despistes. Solo el joven inglés Eddie Pepperell rompía la barrera invisible del -3, una cifra que ejercía de involuntario tapón en esta primera jornada.
Rafa Cabrera-Bello auguraba que esa marca saltaría por los aires dadas las magníficas condiciones de juego, pero al final esa gran vuelta no se concretaba y los cuarenta y ocho primeros quedaban comprimidos en apenas cuatro golpes. Dado lo apretado de la clasificación, cualquier acierto en la segunda jornada recompensará doblemente al protagonista, y cualquier fallo puede ser letal.
Volviendo con Rafa Cabrera Bello, finalizaba con un -3 un tanto movido que no era del todo justo con la regularidad exhibida por el grancanario ante Paul McGinley, capitán del equipo europeo de la Ryder.
«Ha sido una buena vuelta, he tenido el control del juego en todo momento. Estoy contento con mi juego desde el tee, con los hierros y con el putt ha habido altibajos, pero en general, estoy muy satisfecho», explicaba Cabrera-Bello. «Este año ya he jugado un par de veces con el capitán de la Ryder, Paul McGinley, y las dos han ido muy bien. No sé si motiva especialmente pero al menos me da suerte».
De cara a las próximas jornadas, el español tiene muy claro qué necesita. «Esta temporada me ha faltado rematar, he conseguido hacer tres vueltas muy buenas pero me falta la cuarta. Pienso que ocurrirá, mientras siga llamando a la puerta, antes o después, se abrirá», finalizaba.
Por su parte, Jiménez demostraba en su primera vuelta competitiva que el matrimonio le ha sentado bien, aunque de su trayectoria previa se pueden hacer pocos reproches. Bien de tee a green e infalible en las recuperaciones, a Jiménez se le escapaba algún birdie que otro para escalar hasta el primer puesto.
«Me ha sentado bien el parón de las últimas semanas, he hecho tres birdies y ningún bogey. He jugado muy sólido y contento por el campo. Los greenes están siempre un poco peor por la tarde que por la mañana, pero por eso nos turnamos», declaraba Jiménez ya con su querido puro cerca.
El malagueño coincidía en la valoración general y elogiaba la justicia del recorrido gironí.
«El campo se defiende bien, hay que darle derecho, si vas por el rough, es difícil encontrar los golpes, además estás siempre por debajo de los hoyos. Se defiende como gato panza arriba, no hay mas que ver los resultados».
Con respecto al resto de los españoles del turno de tarde, el gironí Jordi García Pinto sacaba partido a su conocimiento del terreno para acabar con un gran -2 que da continuidad a su magnífica temporada en el Challenge Tour, Jorge Campillo acababa con un luchado -1 y Agustín Domingo terminaba al par.
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