Si se hace el ejercicio de pensar en los momentos más destacados de Rory McIlroy en su carrera hay quien recordará sus dos Majors ganados con absoluta solvencia, la espectacular remontada el fin de semana en Quail Hollow para pasar de casi fallar el corte por un golpe a ganar su primer título en el PGA Tour o el final de año de 2012 en el que eclipsó a todo golfista con una autoridad casi insultante. Otros añadirán también su última jornada de 80 golpes del Masters de Augusta de 2011 o el aciago año 2013 que tuvo. Ayer en el The Honda Classic, el norirlandés nos dejó ambas facetas, pero no fue suficiente para evitar que Russell Henley se hiciera con la victoria.
Llegaba McIlroy a la última jornada en el PGA National con todo a su favor: dos golpes de ventaja, un campo en el que ya había ganado dos años antes y sobre todo, un juego sólido durante los tres días anteriores cimentado en una confianza extrema en sí mismo. Sin embargo, durante los últimos 18 hoyos de competición en el PGA National la genialidad solo apareció a modo de excepción en una vuelta de 74 golpes (+4) marcada por numerosos fallos.
Aun así, McIlroy parecía tener la situación bajo control a falta de tres hoyos, pero falló a bunker su salida del 16 y después pecó de optimista y se fue al agua al buscar la bandera desde la arena. El doble bogey con el que saldaba este hoyo coincidía con la entrega del primer -8 total por parte de Ryan Palmer, autor de un 69 (-1). En ese momento, la ventaja de Rory quedaba dilapidada, dando paso a un escenario de cuatro jugadores empatados en el primer puesto de la clasificación: Russell Knox, Russell Henley, McIlroy y Palmer.
En el 17, el norirlandés volvió a fallar su salida a bunker y salió con un bogey con el que caía a -7. Knox entregaba su -8 y ahora, todo parecía a favor de Henley. Con birdie en el par 5 del 18, la victoria sería suya. Si esto ocurría, a Rory solo le valdría el 3. Y fue a por él, pegando una madera 5 desde 240 metros que pudo haber sido uno de los golpes del año. Un golpe que hizo que la gente olvidara el doble bogey-bogey anterior y su parcial de +5 en 17 hoyos. Solo dejó de ser perfecto cuando falló el putt de eagle, pero como consuelo, se ganaba una plaza en el playoff a cuatro hombres al ser Henley incapaz de hacer el birdie en el último hoyo.
Minutos después en el mismo escenario, el desempate se decidiría con el segundo golpe de cada uno de los jugadores. Solo Henley dejó la bola en green y sus posteriores dos putts confirmaron el eclipse de McIlroy. «No he jugado lo suficientemente bien para merecer ganar», reconocía, mientras Henley levantaba su segundo título en apenas menos de temporada y media en el PGA Tour.
La otra gran noticia del día en el PGA National fue la retirada de Tiger Woods en el hoyo 13 alegando problemas en la parte inferior de la espalda que comenzaron en el calentamiento previo a la última jornada. Con un parcial de +5 en los hoyos disputados, se despidió de su compañero Luke Guthrie y ante las preguntas sobre su defensa del título en Doral esta semana, ni confirmó ni desmintió. «Es demasiado pronto para decir algo. Haré tratamiento todos los días para intentar calmar el dolor. No sé todavía. Esperaremos hasta el jueves y veremos cómo me siento».
Sí estará un Sergio García que firmó ayer la mayor remontada del día con un vuelta de 67 golpes (-3). En una jornada convulsa en el que tres de los cuatros jugadores presentes en el playoff jugaron sobre par, el español aprovechó la situación para firmar cuatro birdies y un bogey con los que subió a la octava posición, a tres golpes del -8 ganador. Gonzalo Fernández-Castaño firmó su mejor actuación en el PGA Tour con una vuelta final de 69 golpes (-1) que le hizo acabar en el puesto vigésimo cuarto con un -3 total.
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