Tras la espectacular victoria del equipo de José María Olazábal en la última edición de la Ryder Cup y el nombramiento de Tom Watson como futuro capitán estadounidense en Gleneagles, se abrió el debate sobre quién debería ser su oponente europeo. Dos nombres sonaron entonces con insistencia: Paul McGinley y Darren Clarke. El primero ha participado en la competición en tres ocasiones, mientras que el segundo lo ha hecho en cinco. Sin embargo, parece que Clarke no tiene prisa por aceptar el cargo y, a sus 44 años, se ha descartado de las quinielas. “Por mucho que quiera ser capitán, puede que no sea mi turno”, comentó en declaraciones a Sky Sports. “Estoy exento en el circuito otros tres años y si aceptara la capitanía, estaría tirando dos de ellos”.
La decisión parece lógica y totalmente respetable, sobre todo teniendo en cuenta que el norirlandés ganó su primer major, el Open Championship, hace apenas un año. “He jugado mi mejor golf los últimos 18 meses hasta el final del año pasado. Si me piden que sea capitán en Gleneagles será una decisión muy difícil”. Con estas palabras parece pedir al comité que no piensen en él como capitán, al menos de momento, abriendo con ello un debate sobre quién podría resultar un candidato válido. Colin Montgomerie, como ha reiterado en varias ocasiones, se ha ofrecido para ello y en esta ocasión su candidatura empieza a cobrar fuerza. ¿La razón? Paul McGinley, a pesar de haber ganado las tres ediciones que ha disputado como jugador, solo cuenta con cuatro victorias en el Circuito Europeo en su palmarés.
El éxito como jugador profesional no es un requisito imprescindible para capitanear a un equipo en la Ryder pero sin duda es una garantía. En el caso de McGinley, parece haber ganado en muchas más ocasiones de las que en realidad lo ha conseguido, rozando casi un mínimo ficticio para acceder al cargo. ¿Es capaz de inspirar confianza un jugador con tan pocos triunfos a Rory McIlroy, que con 23 años es el número 1 del mundo y cuenta con dos majors? Porque el irlandés, a pesar de meter el putt decisivo en 2006, cuenta como su mejor participación en un major un sexto puesto en el PGA Championship de 2004. Solo otro top 10 en sus más de veinte años de carrera.
Colin Montgomerie aporta una seguridad que McGinley no otorga y que, por supuesto, también ofrece Tom Watson en el bando contrario. Incluso Thomas Björn podría entrar en la carrera por la capitanía europea una vez confirmada la retirada de Darren Clarke. El debate, tras unas ediciones en las que no parecía existir, vuelve a abrirse.
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