El que Brandt Snedeker fuera elegido por delante de otros grandes jugadores de Ryder Cup parecía una decisión extraña ya que, al menos esta temporada, no había conseguido más que una victoria en enero. Sí lideraba las estadísticas que miden el rendimiento en los greenes, su principal aval y su gran baza para destacar en el Medinah Country Club. Durante la tercera jornada del Tour Championship, pudimos comprobar que esa capacidad para embocar cada putt unida a una consistencia sostenida en el juego largo puede llegar a resultar demoledora.
Como hiciera Luke Donald la temporada pasada, Snedeker destaca especialmente en un área del juego por encima de todas. Ni su precisión con el driver o los hierros le llegan a la altura de los talones al momento en que, después de leer una caída, se coloca frente a la bola y ejecuta un movimiento tan instintivo como exacto. Cuando se encuentra en las inmediaciones del hoyo, el americano tiene un péndulo incrustado en las manos que recuerda al de las mejores tardes del inglés, o a aquellas en las que Louis Oosthuizen nos deleita con una implacable racha de birdies.
Si le sumamos a esta habilidad el que el East Lake Golf Club pedía consistencia de tee a green y Brandt también fue capaz de sacarla a relucir, el resultado desembocó en un coliderato junto a Justin Rose. Más del 70% de calles y un 94% de greenes en regulación le llevaron a conseguir seis birdies a lo largo de su vuelta y, claro, pateando en cada hoyo para birdie Snedeker no cometió un solo error. Mañana se enfrentará a los jugadores que mejor forma han mostrado en el PGA Tour durante las últimas semanas y, a diferencia de hoy, también tendrá también que defender sus opciones. “Mi primer objetivo de la semana está cumplido, tener una opción de ganar el domingo”, declaró al finalizar. «Creo que el noventa por ciento de los ganadores del circuito han jugado en los últimos dos grupos. Sé que tengo una opción de hacerlo mañana, y debería ser divertido”.
No es difícil olvidarse de su apabullante despliegue durante las dos primeras jornadas del pasado Open Championship, donde no firmó un solo error, y de su posterior pérdida del control con el liderato en las manos. “Si, es algo que no he conseguido en mi carrera”, comentó Snedeker. “Nunca he sido líder antes de la última jornada y ganado. Es la evolución que necesito, el siguiente paso para convertirme en un jugador de gran categoría. Saber que puedes hacerlo y demostrarlo”.
En el último partido, a su lado, se encontrará el jugador que menos ruido ha provocado a lo largo del torneo, aunque lleve en lo más alto durante tres días consecutivos. Ha jugado ya junto a Tiger Woods y Jim Furyk y ninguno ha podido seguir su ritmo, discreto pero efectivo. El Tour Championship 2012 es, independientemente del resultado, el torneo que lideró Justin Rose. Solo dos birdies a lo largo de su vuelta fueron suficientes para finalizar con 68 golpes y mantener un día más su posición de privilegio. Apoyado en la gran consistencia de su juego largo (número uno en greenes en regulación esta temporada), Justin ha encontrado el escenario perfecto para potenciar al máximo la mayor de sus virtudes, la que le deja siempre pateando para birdie.
En las cábalas necesarias para comprender la FedEx Cup, bastará decir que Snedeker depende de sí mismo, ya que entró en este campeonato como quinto clasificado. Si gana el Tour Championship, se llevará también los diez millones de dólares. Rose, por su parte, lo tiene bastante más difícil porque a pesar de haber llevado a cabo una temporada espectacular llegó al último de los Playoffs en vigesimocuarta posición. Necesitaría ganar y que McIlroy finalizara decimoséptimo o peor. Claro que Rory se encuentra cuarto y si se despista puede hasta robarle el liderato. El otro jugador con opciones es, como casi siempre, Tiger Woods. Séptimo clasificado con menos cuatro, sostuvo sus opciones en la tercera jornada con una vuelta de 67 golpes, a cinco de la primera posición.
Sergio García volvió a jugar sobre par y finalizó con 71 impactos, pasado a ser vigesimosegundo con un global de mas tres.
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