Zona Pro
Dominio oriental en el homenaje a las pioneras
Arturo Otegui | 18 de marzo de 2012
Nada menos que seis banderas coreanas encontramos entre las doce primeras clasificadas en la RR Donnelley Founders Cup del LPGA Tour. Si a eso añadimos a las sólidas líderes, la taiwanesa Yani Tseng y a la japonesa Ai Miyazato, ambas empatadas con -14, el dominio de las jugadoras orientales es abrumador.
De las tres jugadoras españolas que superaron el corte (recordemos que tanto Elisa Serramià como María Hernández tuvieron que hacer las maletas tras la jornada del viernes) Beatriz Recari ha sido la única capaz de bajar del par del campo en el día del movimiento (-2 hoy) y empata con Azahara Muñoz (par en el día) en el puesto cuadragésimo sexto con un total acumulado de -2. Belén Mozo no ha podido mantener el gran nivel de las dos primeras jornadas y su +2 de hoy le hace perder casi veinte puestos hasta el cuadragésimo, a once golpes del liderato.
Cristie Kerr y Paula Creamer son las únicas estadounidenses que parecen capaces de seguir el ritmo marcado por las orientales. Kerr, con una magnífica vuelta de -6, y Creamer con -2, se sitúan empatadas en la sexta posición junto con la defensora del título, la gran Karrie Webb y la noruega Suzann Pettersen. Todas ellas han llegado a la casa club con un total acumulado de -9 a 5 golpes de la cabeza, distancia que se nos antoja excesiva para optar a la victoria.
Las componentes del partido estelar ya se han enfrentado directamente en la última jornada del Honda LPGA Thailand 2012, donde a pesar del golpe de ventaja conque partía Miyazato, Tseng se adjudicó su duodécima victoria en el LPGA Tour. Su altísimo nivel de juego y sus estilos opuestos —la agresividad de Tseng frente al ritmo pausado de Miyazato— auguran un apasionante desenlace, con la jugadora nipona deseando que vuelva a hacer su aparición el viento. Miyazato se crió en la isla japonesa de Okinawa, donde se acostumbró a jugar con viento desde muy pequeña: «Las condiciones ventosas me hacen pensar en mi ciudad natal», declaraba Miyazato. «Me siento realmente a gusto jugando con viento». Aún así, reconoció la dificultad del campo en esas condiciones: «He firmado una vuelta de -6, pero me siento como si hubiera sido de -10».
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