Famosa (y apócrifa) es la anécdota de la frase que fray Luis de León pronunció después de estar encarcelado y alejado de su cátedra de Salamanca por un proceso de la Inquisición. «Dicebamus hesterna die» se supone que dijo, esto es, «Decíamos ayer…», para luego retomar sus clases en el punto exacto en que las dejó cuatro años atrás. Dustin Johnson tiene poco de fraile y menos de santo, pero la máxima del agustino le va que ni pintada.
El longilíneo bombardero estadounidense se aplicó el cuento en Doral al ganar el Cadillac Championship poco después de regresar de su peculiar (y seguramente obligada) ausencia de seis meses, como si llevara toda a temporada metido en la pelea. En los majors, más de lo mismo: Johnson ha ocupado el liderato después de cinco de las trece vueltas que se han disputado este año en estos torneos. En el «debe», obviamente, la capacidad que tiene para conseguir que se le escapen torneos importantes (véanse los tres putts del último hoyo del US Open, por ejemplo). En su haber, su inmenso talento y la habilidad para hacer borrón y cuenta nueva. Borra lo malo, pincha bola y se dedica a lo suyo: a jugar bien al golf.
Eso sí, ni siquiera él sabe cuál es la clave de su buen rendimiento en los majors. Con ese rostro de esfinge despistada que suele exhibir, se muestra enigmático.
«No sé. Creo que este año estoy jugando un poco mejor. Vete tú a saber», resumía Johnson cuando le preguntaron por sus buenas actuaciones en los torneos marcados en rojo en el calendario de todos los jugadores.
Por el momento, su juego agresivo le permitió en la primera jornada firmar un 66 en condiciones perfectas, un golpe menos que el sueco David Lingmerth, ganador este año en Memorial y el mejor en un difícil turno de tarde en el que arreció el viento. El triunfo del sueco esta temporada parece haberle dado una marcha más y ya asombró con sus 29 golpes en los primeros nueve hoyos que jugaba en un Open Championship.
Entre una concurrida tercera plaza encontramos el nombre de otro «fijo» en los torneos grandes, Jason Day, junto a golfistas de la talla de Matt Kuchar, J. B. Holmes o Danny Lee, entre otros, mientras que el duelo estelar del día se saldó con un emocionante empate. McIlroy se mostró firme durante toda la vuelta y parece plenamente recuperado de su lesión de tobillo, mientras que Spieth anduvo extrañamente fallón en los greens, pero acabó encontrando la senda del hoyo para no ceder más terreno en un complicado turno de tarde.
Peor le fue a Tiger Woods, no muy certero con los hierros y frustrado con su putter, que firmó un +3 en el benigno turno de mañana.
En cuanto a los españoles, el mejor es Sergio García, trigésimo noveno, aunque durante gran parte del día se encontró entre los mejores. Un final complicado con dos bogeys consecutivos para acabar lo relegó hasta esa posición, pero el de Castellón deberá quedarse con su buen rendiminto de los dos primeros tercios de la vuelta.
Por detrás, Rafa Cabrera-Bello salía vivo del complicado turno de tarde y terminaba quincuagésimo quinto con +1, mientras que Miguel Ángel Jiménez se iba hasta el +4 pese a su incesante brega y Pablo Larrazábal acababa con un abultado +7.
Asian Tour David Lingmerth Dustin Johnson European Tour FedEx Cup 2015 Jason Day Jordan Spieth Matt Kuchar Miguel Ángel Jiménez Pablo Larrazábal PGA Championship PGA Championship 2015 PGA of America PGA Tour Race to Dubai 2015 Rafa Cabrera-Bello Rory McIlroy Sergio García Tiger Woods Whistling Straits
Deja un comentario