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Zona Pro

El cielo es el límite

Enrique Soto | 11 de noviembre de 2012

El italiano superó a Louis Oosthuizen en el tercer hoyo de playoff

Alberto Binaghi es el entrenador de Matteo Manassero y en recientes entrevistas ha declarado que la clave para distinguir a un gran jugador de uno simplemente bueno es algo tan sencillo como «su capacidad para hacer pocos golpes». Cualquier inocente chaval con dos dedos de frente hubiera respondido lo mismo. Pero más allá de la obviedad de sus palabras, Binaghi hizo evidente una filosofía muy básica en el viejo arte de cazar talentos: en el golf, donde tantos factores entran en juego, hay ciertos jugadores que son capaces de hacer menos golpes con regularidad. Matteo era uno de ellos.

Echando un vistazo a sus números en el Circuito Europeo a lo largo de las tres últimas temporadas, este joven de 19 años no destaca en ningún área en particular. No es el que más greenes en regulación consigue ni el mejor recuperando desde la arena, por no hablar de una ostensible carencia a la hora de hacer metros desde el tee de salida, donde ni siquiera llega a la media del circuito. Sus mejores números a lo largo de este tiempo han sido siempre los que miden la «media de golpes», como si sus registros llevaran implícitos la ideología de su entrenador. Manassero no parece hacer nada de un modo extraordinario pero en tres temporadas como profesional en Europa lleva tres victorias, y la última de ellas, dadas las fechas en las que nos encontramos, se estaba haciendo esperar. En un playoff que duró tres hoyos se impuso a Louis Oosthuizen, ganador de un Open Championship.

Primero fue el Castelló Masters, luego el Maybank Malaysian Open y ahora el Barclays Singapore Open. Matteo no destacará a lo largo de la temporada por una abrumadora superioridad en las estadísticas y probablemente no sea casi nunca el favorito sobre el papel, pero durante la tercera jornada en el Sentosa Golf Club construyó una victoria no solo imponente en el resultado (64 golpes), sino también en los números: 17 greenes, 11 calles y 28 putts. No alcanzó el mismo nivel jugando la cuarta y definitiva porque, evidentemente, no es lo mismo jugar al ataque que para ganar un torneo siendo el líder. La tensión no se gestiona del mismo modo. Manassero podría ser un muy buen jugador (como fue Binaghi en su día) sin tantas victorias en su haber si no llega a ser por esta capacidad para cerrar los torneos. En Singapur se encontraba con una ventaja mínima que fue rápidamente reducida a nada por Oosthuizen, que hasta le obligó a terminar el hoyo 18 con birdie para salir a playoff. Tres hoyos después, en un putt para eagle de más de tres metros, Matteo conseguía la victoria.

«Ha sido un día extremadamente largo», declaró al finalizar. «La adrenalina me hizo seguir adelante y la clave fue empezar muy bien por la mañana. Fue un honor jugar contra Louis el playoff. Este año ha sido duro para mí porque he cambiado algunas cosas en el swing pero ha sido una semana increíble. Estoy encantado de que la victoria haya llegado en un gran torneo como este».

Rory McIlroy finalizó en tercera posición y aseguró la triple corona lograda esta temporada: número 1 del mundo y ganador de la lista de ganancias en Estados Unidos y Europa, igualando la gesta que consiguiera Luke Donald la pasada temporada.

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