Unos días después de que Pablo Larrazábal consiguiera la primera victoria del año de un español, varios de sus compañeros en el Circuito Europeo han respondido a su apuesta. En 2013 costó mucho, pero después de ver cómo el catalán se imponía ante hombres como McIlroy o Mickelson, todo parece un poco más sencillo. Esta suerte de contagio se ha hecho evidente en la primera jornada del Qatar Masters, donde Rafael Cabrera-Bello y Nacho Elvira se han situado a un solo golpe del liderato.
El caso del grancanario no sorprende a nadie. En Abu Dhabi dijo sentirse muy contento con todas las partes de su juego: cogía calles, tiraba a bandera y acostumbraba a dejarse oportunidades de birdie. Solo en la tercera jornada se le vio algo más dubitativo en el camino hacia la victoria. Hoy, en Catar, Rafa ha seguido interpretando esa melodía consistente cogiendo dieciséis greenes en regulación y recuperando con éxito en los dos hoyos en los que la sombra del bogey se cernía sobre su tarjeta. Parecía hasta fácil, viéndole caminar por el campo. Derrocha la confianza de quien sabe que va a tener una oportunidad de recortar otro golpe en unos segundos.
El Doha Golf Club resulta algo más sencillo que el enrevesado rough que afrontaron estos hombres hace bien poco en Abu Dhabi, pero no por ello deja de ser complicado firmar un resultado de 66 impactos (menos seis). La mayoría de los que consiguió Rafa llegaron en sus nueve primeros hoyos del día (del 10 al 18), dejándose dos más para los segundos, en los que embocó dos putts bien largos. Si ese área del juego le funciona también esta semana no será extraño verle el domingo peleando por un torneo en el que ya consiguió finalizar tercero en 2011.
Si estos primeros compases nos han traído la certeza de que Rafa pasa por un gran momento de forma, también nos han dejado una sorpresa. Se trata de Nacho Elvira, que disputa tan solo la quinta prueba de su carrera en el Circuito Europeo. Sabíamos que se encontraba en el delicado proceso de quien quiere destacar cuanto antes en una nueva etapa pero que, por otra parte, sabe que el único camino para hacerlo es el de la paciencia y la constancia; la conocidas maneras de las hormigas. Salió airoso de la primera prueba del desierto, pasando el corte, y se ahogó mínimamente en sus expectativas durante el fin de semana. “A la siguiente oportunidad lo consigo”, debió pensar. Esta mañana lo ha hecho a base de seis birdies y ningún error.
Debe de sentirse muy orgulloso de su despliegue cuando visualice los diecisiete greenes que cogió en regulación; o cómo el putter, enemigo en el pasado, se ha tornado en un poderoso aliado en quien confiar para llegar a sus objetivos. Al igual que Rafa, fueron dos birdies por los nueve primeros y otros cuatro por los segundos.
Para los dos quedan varios mundos que atravesar todavía para pensar en victorias. En lo más alto de la tabla, con menos ocho, se ha situado George Coetzee, también hombre destacado en Abu Dhabi con hambre de nuevas glorias. Con menos siete se encuentran Steve Webster y Dawie Van der Walt, que ya la saboreó en diciembre honrando a Nelson Mandela. Junto a ellos: François Calmels y Ross Fisher.
Alejandro Cañizares transformó las buenas sensaciones en un menos cuatro, ocupando la decimocuarta posición del torneo. José María Olazábal y Álvaro Quirós se quedaron en menos tres; Miguel Ángel Jiménez, Pablo Larrazábal y Sergio García en el menos uno; Carlos del Moral y Adrián Otaegui en el par; Eduardo de la Riva en más uno y Jorge Campillo en el más dos.
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