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El entrenamiento para la Ryder Cup

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Enrique Soto | 18 de septiembre de 2012

Davis Love III ha podido adaptar el recorrido a las características de sus jugadores

No hay muchas ocasiones a lo largo de la temporada en las que podemos ver una competición por equipos al más alto nivel. La Ryder, Solheim y Presidents Cup saltan de vez en cuando en el calendario y comenzamos a hablar de combinaciones, posibles parejas o elecciones personales de los capitanes. Sin embargo, no comentamos a menudo un factor tan importante como el prestigio que desprenden estos torneos: la preparación. Faltan apenas diez días para que Europa y Estados Unidos se enfrenten en el Medinah Country Club y hemos podido comprobar cómo Nicolas Colsaerts viajaba a Finca Cortesín para mejorar su rendimiento en los greenes, mientras que Kaymer participaba con éxito en torneos en Holanda e Italia, intentando adquirir ritmo competitivo en las semanas previas a la gran cita.

Habrá veinticuatro jugadores entre los dos equipos participantes y cada uno de ellos está llevando a cabo un entrenamiento distinto para alcanzar una forma óptima. Esto supone un factor diferencial respecto a otros deportes de equipo, en los que todos los componentes siguen unas mismas pautas que les llevan a alcanzar picos de rendimiento en momentos puntuales del año. Podríamos decir que viajan de la mano o en cordada, sujetos por los mismos hilos, por lo que en condiciones normales una mala planificación afectaría al mal rendimiento general del combinado. En el golf no ocurre así. El desarrollo de cada jugador es personalizado debido a que cada uno de ellos cuenta con un preparador físico, un entrenador del swing y, en ocasiones, un psicólogo deportivo. Son tres vertientes que hacen prácticamente imposible que dos miembros del mismo equipo entrenen bajo los mismos preceptos.

La Ryder Cup es una competición por equipos, pero cada uno de los participantes llega en condiciones desiguales. Por este motivo la labor de los capitanes es tan compleja: conseguir que doce especies distintas remen en la misma dirección, alimentándose unos a otros. Además, como si el reto fuera sencillo, cuentan con apenas unos días para que sus jugadores convivan juntos, se relacionen y adquieran la capacidad de sostenerse en el momento en que un partido se ponga cuesta arriba. Siendo realistas, esta labor es prácticamente irrealizable en tan poco tiempo.

Tanto Davis Love como Olazábal son conscientes de ello, por lo que a la hora de elegir a aquellos que completarían sus equipos han tenido muy en cuenta su facilidad para adaptarse al entorno. Colsaerts viajará a Medinah no solo por sus méritos a lo largo del año, sino porque en un campo largo él cuenta con una ventaja adicional frente a jugadores como Molinari. En el caso de Love, lo explicaba él mismo en rueda de prensa: “Hemos preparado el campo de modo que a los aficionados les guste. No quieren ver a jugadores aprochando para salvar el par en la Ryder Cup. Quieren ver birdies, emoción”. Esto se puede traducir en dos cosas: rough corto y greenes rápidos.

Es la ventaja que el equipo americano tiene al competir en casa y la razón por la que Love ha decidido elegir a un gran pateador como Brandt Snedeker por encima de un doble ganador este año, Hunter Mahan. “Ellos parece que patean mejor que nosotros en la Ryder Cup. Es por lo que estoy contento porque nuestros jugadores parecen estar jugando bien, pateando bien. La razón por la que elegí jugadores que están rindiendo bien en los greenes”. A falta de tiempo para acomodar a sus jugadores a una estrategia, ambos optan por elegir a aquellos que se adapten mejor a las características del recorrido.

Se trata de uno de los factores que más influirán en el resultado final. No es complicado imaginar a Bubba Watson pegando hasta tres hierros menos que Paul Lawrie, si llegan a enfrentarse, o a Luke Donald sacando de quicio a Jim Furyk si el americano no tiene el día en los greenes. La diferencia entre ambos equipos en Celtic Manor fue de un solo punto, y teniendo en cuenta que una gran parte de los jugadores repetirán experiencia, podemos prever que en esta edición volverá a ser mínima.