Todavía queda un mundo, pero varios jugadores se han postulado como serios candidatos a entrar en la Ryder Cup de Gleneagles. Véase, por ejemplo, a Victor Dubuisson, ganador del Turkish Airlines Open y primero en la lista de puntos del Circuito Europeo. Es el principal representante de una nueva hornada de jóvenes que llegan pegando fuerte y con las miras muy altas, en la que también podrían encontrarse Tommy Fleetwood o Joost Luiten. Se trata de una consecuencia lógica en el golf y en cualquier otro deporte: unos llegan y otros se van marchando, paulatinamente.
Le sucedió a Padraig Harrington cuando José María Olazábal anunció su equipo para la última Ryder y podría sucederle ahora a Martin Kaymer, hundido en la decimoctava posición en la lista de puntos del circuito y en la vigésimo segunda del Ranking Mundial. Ni meter el putt decisivo en Medinah le podría librar de quedarse en casa viendo cómo sus compañeros plantan cara a los estadounidenses. No es, sorprendentemente, el único que ve peligrar su presencia en Gleneagles. Francesco Molinari, que plantó cara a Woods en la jornada de individuales, no ganó a lo largo de 2013 y su juego a pegado un bajó considerable respecto a temporadas pasadas. Es octavo en la lista del circuito y decimotercero por Ranking.
Necesitarán de algo especial durante los próximos meses para dar la vuelta a la situación; evidentemente, en forma de una gran victoria. Menos preocupación levantan otros estandartes del equipo, como Graeme McDowell, que a pesar de encontrarse también a mitad de tabla de ambas clasificaciones fue capaz de triunfar en tres ocasiones a lo largo de la pasada campaña, pareciéndose mucho al jugador que triunfó en Pebble Beach. Luke Donald, por su parte, no ha seguido la misma estela, pero resulta prácticamente imposible imaginar un equipo europeo sin su nombre. El trabajo que está llevando a cabo junto a Chuck Cook deberá dar sus resultados, sobre todo, en los grandes.
Los españoles cuentan con prácticamente un fijo en el combinado: Sergio García, que tras ascender al décimo puesto del Ranking Mundial en los últimos meses tendría que empeorar mucho su rendimiento para caerse. A pesar de que nos encontramos solo en el inicio de esta senda hacia Gleneagles, el castellonense reflejó esta semana en Abu Dhabi el parecer general de muchos de sus compañeros. “Todos sabemos que es un año de Ryder y lo importante que es para todos aquí”, declaró. “Estaría genial seguir la misma tendencia que el año pasado y asegurar mi presencia en el equipo. Estoy deseando jugar bien, llegar al equipo de Escocia. Está definitivamente en mis planes”.
El mejor situado tras él es Gonzalo Fernández-Castaño, que tras perder su puesto en los últimos meses previos a la edición del 2012, ya no parece sentir la presión, sino las ganas de conseguir uno de sus principales objetivos como profesional. Es sexto en la lista del circuito y octavo en la de Ranking, en la que ahora mismo estaría clasificado. Un poco más lejos está Miguel Ángel Jiménez (decimoprimero y decimosegundo, respectivamente), pero si por algo se ha caracterizado durante las últimas temporadas es por alcanzar cada uno de sus objetivos. Aquella tibia rota y su fulgurante recuperación posterior son su mejor aval.
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