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El golf en la Costa Brava (I): Golf Platja de Pals

Enrique Soto | 23 de abril de 2013

La revista National Geographic incluyó a la Costa Brava como uno de los mejores destinos turísticos del año 2012. Entre las razones que esgrimían para equipararla a lugares tan visitados como Islandia, Dresden (Alemania), Istria (Croacia), Muskoka (Canadá) o el norte de Colombia estaban un clima agradable, la gran variedad de calas que componían su costa o la multitud de pueblos o ciudades con encanto y personalidad que se reparten por su geografía, como Pals, Lloret de Mar o la propia Girona. Existen muchos motivos para visitar esta zona de Cataluña pero uno de los más desconocidos, al menos en gran parte de España, es la relacionada con el mundo del golf; la mayoría de turistas que acuden allí llegan del norte de Europa. Es por ello que visitamos algunos de sus campos más emblemáticos.

La imagen que podéis ver arriba es lo que nos encontramos al llegar a Golf Platja de Pals: una inmensa pineda, plantada hace más de setenta años, colindante con el mar Mediterráneo. Mucho tienen que ver ambos elementos con el recorrido diseñado por Fred Hawtree, un arquitecto británico que se encontró con una finca muy parecida a la que podía haberse enfrentado en sus islas. Dunas colindantes con el mar y expuestas, en determinados momentos del años, a la Tramontana. ¿Les suena de algo? Pues sí, este campo tiene mucho que ver con los típicos links, solo que se puede jugar muchos más días al año.

El campo se construyó en dos fases: la primera, que incluía los nueve primeros hoyos, comenzó en 1964, lo que le convierte en el campo más antiguo de la Costa Brava; mientras que la segunda lo hizo en 1968 llegando a completar los nueve restantes. Poco después se celebró allí el Campeonato Internacional Amateur de España y en 1972 tuvo lugar el Open de España.

El que este campo se haya construido en dos etapas distintas se refleja a la perfección en su diseño. El primer hoyo al que se enfrenta el jugador es un par 4 de menos de 300 metros (desde barras blancas) en forma de tubo, en el que el rough apenas supone un peligro. Utilizar el driver allí es una opción, pero tan arriesgada debido a los pinos que la mayoría optarán por buscar la calle con un palo más corto. Es una tendencia que se repetirá a lo largo de los nueve primeros hoyos (véase la foto inferior). Ninguno de los pares 4 de esta vuelta supera los 400 metros pero los greenes son pequeños y los bunkers que los protegen suponen una gran defensa para las banderas esquinadas, por lo que a pesar de no tratarse de un recorrido largo es muy difícil sumar birdies.

Golf en la Costa Brava (I): Golf Platja de Pals (2)

Al igual que sucede en los links, el viento es un elemento más de este recorrido. Cuando sopla la Tramontana en Golf Platja de Pals, las señalizaciones de distancia sirven para poco y los hoyos aparentemente más accesibles se vuelven tremendamente complicados. Hawtree anticipó esta circunstancia en su diseño y situó los más largos en zonas en las que la brisa sopla a favor, mientras que en los más cortos lo hace de contra. No es difícil encontrarse pegando un hierro medio de segundo golpe en un par 5 y afrontar después un par 4 con un hierro largo, por lo que saber jugar la bola baja y, sobre todo, rendir bien con el putter en las manos es una obligación para hacer allí pocos golpes.

La segunda parte del recorrido da un respiro al jugador, que llega de tener que jugar con mucha cabeza para no visitar constantemente los pinos. Las calles son más anchas y el rough comienza a cobrar protagonismo, dado que los árboles entran mucho menos en juego. Así, al jugador que se le da muy bien pegar el mismo golpe corto tendrá que afrontar una prueba distinta, dado que la pegada desde los tees de salida es más importante que enviar siempre la bola al centro de la calle. Esta vuelta supera en un golpe el par de la primera (37) y cuenta con tres pares 5 (cercanos a los 500 metros de distancia), por lo que los bombarderos pueden sonreír ante la cantidad de hoyos de recuperación. Casi se podría decir que se trata de dos campos unidos en uno solo, pero entre ambos conforman una prueba muy completa para el golfista. Si es capaz de hacer pocos golpes en Golf Platja de Pals, será capaz de hacerlos en cualquier otro campo.

Se trata de un diseño inspirado en los tradicionales campos británicos pero adaptado a las peculiaridades de la Costa Brava. Su diseño, en ciertos aspectos minimalista, hace que tenga que estar en muy buenas condiciones para disfrutarse al cien por cien, por eso la dirección del campo acostumbra a tenerlo en perfecto estado de revista.

Si hacen una visita a este recorrido no dejen de visitar el restaurante de la casa club, donde trabajan muy bien el típico arroz de Pals a la cazuela. El campo se encuentra a 140 kilómetros del Aeropuerto de Barcelona, a 110 del de Perpignan y a 40 del de Girona.

El golf en la Costa Brava (II): Golf d’Aro-Mas Nou

2 comentarios a “El golf en la Costa Brava (I): Golf Platja de Pals”

  1. El 23 de abril de 2013 albert ha dicho:

    Increibles campos los que tenemos en la costa brava!!!!!!!!!! especialmente playa de pals y emporda.

    Os animo a vivirlos.

  2. El 1 de mayo de 2013 Golf Platja de Pals (Gerona) | Wantes Golf ha dicho:

    […] estas líneas, he encontrado un comentario reciente de Enrique Soto en Crónica Golf, que adjunto aquí. Share this:TwitterFacebookCorreo electrónicoMe gusta:Me gusta Cargando… Categorías:Campos […]

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