Los campos de golf comienzan a cerrar sus puertas, el número de jugadores decrece paulatinamente y los circuitos profesionales buscan oportunidades en Asia, incapaces de establecerse en su propio continente. Sí, la crisis económica no ha sido indiferente ni con el golf, un deporte a priori elitista pero que jugaban millones de personas de clase media en todo el mundo. Imagínense la cara de Tim Finchem, comisionado del PGA Tour, cuando en 2009 recibe una llamada informándole de que Tiger Woods, su máximo representante a nivel global, el número uno del mundo y uno de los mejores atletas de la historia, ha tenido un accidente de coche. Los detalles son difusos. Le encontraron inconsciente, con algo de sangre en la boca, y su mujer había roto la ventanilla del vehículo con nada menos que un palo de golf.
Por si fuera poco, la crisis había dado ya comienzo desde el 2008 y Finchem tenía que asegurar la renovación de sus contratos con la NBC y la CBS, los medios que cuentan con los derechos de retransmisión de los torneos del circuito que dirige. El resto de patrocinadores, ante aquella situación, tampoco debían de andar muy tranquilos. ¿Qué hizo él ante todo esto? En primer lugar, aseguró que los medios televisaran cada prueba del circuito, firmando una ampliación de nueve años con las dos cadenas (hasta 2021). Solo con eso consiguió unos quinientos millones de dólares por cada temporada. Una vez asegurado gran parte de su presupuesto, se centró en el golf.
Desde que accediera al cargo en 1994, esto es lo que ha conseguido el máximo responsable del PGA Tour:
– Ha generado los beneficios más altos de su historia (más de 1000 millones de dólares al año, comparado con los 285 existentes cuando fue nombrado comisionado.
– Ha subido el montante anual en premios del circuito de los 56 millones de dólares hasta casi los 300.
– Ya que el PGA Tour no tenía la propiedad de ninguno de los cuatro grandes (Masters, US Open, Open Championship y PGA Championship), así como de la Ryder Cup, Finchem fundó la Presidents Cup.
– En 1999, junto a cuatro de los circuitos profesionales más importantes, fundó los World Golf Championships. Se disputan cuatro cada año y han alcanzado una categoría superior a las pruebas del PGA Tour, con montantes en premios cercanos a los nueve millones de dólares (cada uno).
– Afianzó a muchas de las multinacionales más importantes en sus respectivos sectores como patrocinadores. Véase: Sony, Hewlett-Packard, Hyundai, Honda, Farmers Insurance, AT&T, MasterCard, Shell, Wells Fargo, John Deere, The Royal Bank of Scotland, BMW, Coca-Cola…
– Consiguió que el Nationwide Tour se asegurara su rentabilidad con un nuevo patrocinador (Web.com) y cambió su formato para dotarlo de mayor importancia deportiva.
– Consolidó el PGA Tour Latinoamérica, el PGA Tour Canada y el Champions Tour, además de asegurar la presencia del circuito en China, donde se prevé un nuevo boom de golfistas, con el PGA Tour China.
– Inauguró la FedEx Cup en 2007, cambiando la estructura tradicional del circuito con unos playoffs que dan por finalizada la temporada, muy similar a lo que ocurre en otros deportes estadounidenses como el baseball o el baloncesto (y que el European Tour copió hace bien poco con sus Finals Series). Con ello se aseguró el patrocinio de FedEx, que otorga nada menos que diez millones de dólares al ganador del los Playoffs de la FedEx Cup.
– Ha ampliado los campos TPC (Tournament Players Club) hasta un total de 32, de los cuales el circuito tiene en total propiedad 10 pero controla o gestiona el resto.
Y no solo esto. Cuando Finchem recibió aquella llamada sobre el “caso Tiger”, posiblemente se pusiera muy nervioso, pero ha sabido sacar adelante a su circuito. Ahora ya no solo existe Woods en el golf profesional, sino que han ido surgiendo otras figuras como Rory McIlroy, Jordan Spieth, Henrik Stenson, Adam Scott… Jugadores que aseguran un buen número de espectadores en los torneos en los que participan.
Puede contar con sus detractores, como toda persona que está al cargo del circuito más importante del mundo durante más de diez años, pero el día en que se retire, probablemente, los hechos hablarán por sí solos. Lo dijo también Tiger, que tuvo sus diferencias con él en el pasado: “Creo que Tim ha hecho un trabajo impecable”.
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