La carrera de Graeme McDowell no hubiera sido la que es hoy día si no llega a disputar el World Challenge en el año 2009. Consiguió entrar por la retirada a última hora de Tiger Woods, que como sabemos, tuvo algún que otro escándalo con el que lidiar aquel invierno. G-Mac ocupó su lugar y finalizó segundo, consiguiendo los suficientes puntos en el Ranking Mundial como para clasificarse para el Masters y el U.S. Open de la temporada siguiente. No aprovechó nada mal la oportunidad y en 2010 ganó su primer grande en Pebble Beach, metiéndose de lleno en el equipo de la Ryder Cup. ¿Recuerdan quién metió el putt que dio a Europa la victoria? También fue él. “A veces las estrellas se alinean”, comentó el norirlandés.
A pesar de no haber ganado esta temporada, la temporada de G-Mac ha sido más que decente. Estuvo en los dos últimos partidos del U.S. Open y Open Championship con opciones de victoria y ha vuelto a rondar los primeros puestos de varios torneos. No ha conseguido el triunfo este año, lo que le ha llevado a calificar su temporada como “mediocre”, pero la vida le sonríe últimamente. Después de dos semanas en China, un torneo en Australia, otro en Dubai, un viaje a través de unas cuantas franjas horarias hasta California y un compromiso matriomonial de por medio, aterriza en el recorrido que una vez le dio la oportunidad de aspirar a todo. Y lo está volviendo a hacer.
Después de dos jornadas disputadas en unas condiciones muy húmedas y blandas, McDowell se ha situado como líder destacado en la clasificación con un global de menos nueve (vueltas de 69 y 66 golpes), en un torneo que aunque limitado a 18 jugadores cuenta con muchos de los mejores del mundo. Hasta siete birdies en su tarjeta por tan solo un bogey le dejan con tres impactos de ventaja sobre Bo Van Pelt, Jim Furyk y Keegan Bradley. “Me encantaría competir y jugar bien este fin de semana”, comentó al finalizar. “A pesar de que pienso que he jugado un golf muy decente este año, no tengo demasiado que enseñarme y esta sería una gran forma de terminar”.
Tiger Woods finalizó con 69 golpes esta segunda jornada y se encuentra a cuatro del liderato. Dos bogeys en dos pares 3 del Sherwood Country Club ensuciaron una tarjeta que bien podía haber sido más baja si tenemos en cuenta el número de oportunidades de birdie que se produjo. “Tuve un calentamiento decente, pero el trabajo que hice ayer fue de lo mejor que he podido pegar a la bola en todo el año”, comentó el número 3 del mundo. “Solo tenía que salir y confiar en ello, y cuando lo hice conseguí una pequeña buena racha (cuatro birdies en cinco hoyos). Solo necesito seguir haciéndolo durante 36 hoyos más”.
En estas circunstancias, el torneo se pone en manos de G-Mac, que ya ha anticipado con el campo así de blando habrá alguna vuelta de 63 o 64 golpes. Antes de marcharse del campo avanzó alguno de sus planes para descansar tras este World Challenge. “Intentaré mantenerme fuera del bar todo lo posible”, dijo sonriendo.
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