El año que viene, el abono para ver los cuatro días el Masters de Augusta incrementará su precio un 30% hasta situarse en los 325 dólares. La posibilidad de que Rory McIlroy se haga con el Grand Slam de golf, además de la previsible participación de Tiger Woods tras su ausencia el año pasado, podrían ser las causas de que se hayan disparado los precios, aunque parece que las razones reales son algo más prosaicas.
Para empezar hay que decir que esta subida no influirá demasiado al común de los mortales ya que, a diferencia de los otros majors, el Masters tiene una cantidad fija de gente, al estilo de los socios de los clubes de fútbol, que pueden renovar anualmente su abono para ver el torneo y que son los que verdaderamente se van a ver afectados por esta subida. Al margen de los abonados, cada año se pone a disposición del público una pequeña cantidad de entradas (por defunción o renuncia de los abonados) a las que se puede optar por sorteo a través de la web oficial del Masters, aunque las probabilidades de acceder a través de esta vía son infinitesimales.
Entre los abonados está Larry Elia, que lleva siéndolo desde 2001 y que recibió la notificación por email de esta subida. En una entrevista concedida a Bloomberg, señalaba que “cada dos o tres años el precio de los tickets sube” sin tener en cuenta el listado de jugadores, ni el posible Grand Slam, ni ninguna otra consideración, ya que se trata de la política de subida de precios del torneo, aunque Elia, que no dudó en renovar sus derechos, apunta que “sigue siendo el mejor abono posible en un deporte en cuanto a relación calidad/precio”.
Y no deja de tener cierta razón ya que, por ejemplo, el abono más barato para ver el US Open de este año que se celebra en Chamber’s Bay tiene un coste de 400 dólares para los cuatro días… y ya están todos los tíquets vendidos. En el caso del Open Británico, el precio del abono más sencillo es de 394 dólares mientras que en el PGA Championship se venden por días y podría ascender hasta los 375 dólares. Está claro que a pesar del incremento el precio por acudir al Masters sigue siendo una ganga, teniendo en cuenta que son las entradas más difíciles de conseguir del panorama deportivo mundial, por encima incluso de la Superbowl.
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