Russell Henley sacó provecho de su magnífica vuelta del viernes en el Seaside Course para situarse en lo más alto de la clasificación del McGladrey Classic que lidera a mitad del torneo con un total de -9, con un golpe de ventaja sobre sus tres principales perseguidores. Gonzalo Fernández-Castaño pasó su primer corte de la temporada gracias a una vuelta de 69 golpes (-1).
El madrileño, consciente de la importancia de estos primeros torneos de la temporada a la hora de mantener la tarjeta, apostó desde el principio del nuevo curso por un titánico esfuerzo en América, jugando los tres primeros torneos antes de volar a China para defender el título en el BMW Masters, pero de momento los vientos no le eran favorables.
Tras fallar el corte en los dos primeros torneos en la temporada 2014/15, Fernández-Castaño llegaba a Sea Island con el deber de hacer un buen papel de cara a coger confianza en el último tramo del año. Y si durante la jornada del jueves sufrió varios altibajos tras un buen comienzo, la ronda del viernes seguiría por los mismos derroteros, comenzando con dos birdies tempraneros en sus cuatro primeros hoyos que invitaban a ser optimistas.
Con un parcial de -2 en su segunda vuelta llegaba al último hoyo de la sede de este McGladrey Classic con la opción de situarse entre los 30 primeros de la clasificación acabando con birdie, pero un mal segundo golpe en el 9 tras el que era incapaz de hacer approach y putt le hizo finalizar con un bogey que le lastraba hasta la 52ª plaza desde la que empezará el fin de semana.
Se sitúa por lo tanto con un acumulado de -1 que le deja a ocho golpes del -9 de que disfruta en lo alto de la tabla Russell Henley. El dos veces ganador en el PGA Tour firmó la mejor vuelta del día con un 63 (-7) fruto de ocho birdies y un solo bogey en un día en el que aunque protagonizó una errática salida desde el tee en su primer hoyo, cogió 12 de 14 calles y 15 de 18 greenes.
Sin embargo, si en algún aspecto concreto de su juego confía Henley es su comportamiento en los greenes. Según cuentan, todos los días, una alarma suena en su móvil con un mensaje contundente y optimista: «soy el mejor pateador del mundo». De momento, parece no sufrir en los greenes del Seaside Course como demuestra su ventaja de solo un golpe respecto a un grupo de tres jugadores formados por Brendon de Jonge, Andrew Svoboda y Brian Harman.
Este fin de semana deberá demostrar que su mensaje del móvil no es solo un táctica motivadora sino una realidad. El premio, su tercera victoria en el PGA Tour con solo 25 años.
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