Se confirma el secreto a voces: el Volvo World Match Play, después de su estancia en Finca Cortesín y su infructuosa y exótica visita al espectacular recorrido búlgaro de Thracian Cliffs, regresa a las islas Británicas y se acerca en su quincuagésimo aniversario al origen de todo.
No será Wentworth, sede mítica del torneo y que actualmente acoge otro de los torneos señeros del European Tour, el BMW PGA Championship, el recorrido que albergue esta competición match-play, sino el International Course del London Golf Club. Será del 15 al 19 de octubre y Volvo, IMG y el European Tour están haciendo todo lo posible para que este torneo recupere el esplendor pasado (aunque el plantel de las ediciones disputadas en Finca Cortesín fue formidable).
Para ello, y además de ofrecer una bolsa de premios superior a los 2,25 millones de euros, el acceso al torneo será más exigente (se revisarán los criterios de selección y el torneo solo lo jugarán 16 golfistas) y ya han logrado la confirmación de Henrik Stenson y Graeme McDowell, dos de los pesos pesados del golf europeo.
La fecha del torneo, elegida con extremo cuidado por todos los socios implicados para impedir la coincidencia con pruebas importantes de otros circuitos, facilitará la presencia de las principales estrellas inglesas, un indudable reclamo para el público local.
“El World Match Play Championship, fundado en 1964, es el torneo más longevo de los organizados por IMG y es muy especial para todos nosotros. Gracias a la colaboración con nuestros socios de Volvo y el European Tour, estamos encantados de devolver el torneo a Inglaterra, su sede espiritual durante gran parte de su historia, para su quincuagésimo aniversario», declaraba Guy Kinnings, director global de golf de IMG, la agencia que promueve el torneo.
En el frente español, habrá que ver cuáles son los criterios de acceso finales y, en caso de haber algún clasificado de nuestro país, si los problemas con el fisco local vuelven a ser una traba. Recordamos que la Hacienda inglesa exige un porcentaje de todos los ingresos publicitarios anuales de un deportista extranjero por cada semana de trabajo que pase en territorio británico, un obstáculo que en el pasado ha llevado a Rafa Nadal o a Sergio García, por ejemplo, a renunciar a distintos torneos en suelo de las islas.
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