Atípico y abierto final el que se plantea este domingo para el Shell Houston Open, torneo del PGA Tour que se juega esta semana en el Redstone Golf Club de Houston. Recurriendo al símil ciclista, después de neutralizarse las «escapadas» de las dos primeras jornadas el pelotón parece dirigirse hacia un sprint a gran escala en el que pueden entrar 26 jugadores que se encuentran en cinco golpes de distancia… de los que quince están apenas separados por dos impactos.
Y este amplio pelotón de aspirantes es una muestra heterogénea pero representativa de los jugadores que conforman el circuito: aparecen estrellas del golf mundial, ganadores de majors en horas bajas, golfistas con escasa experiencia en la primera división estadounidense e incluso un jugador que se ganó su plaza en el torneo en la previa del lunes.
Entre ellos destaca el liderato de Stewart Cink, prácticamente desaparecido del mapa después de romper el corazón colectivo de los aficionados al golf al vencer el Open Championship de 2009 ante Tom Watson y que actualmente ronda el puesto 270 de la clasificación mundial. Junto a él, con -11, Bill Haas, líder la semana pasada en Bay Hill y de nuevo en disposición de luchar por un título.
A un solo golpe ya empiezan las apreturas y aparecen cuatro estadounidenses: Points, primer líder del torneo y ganador del AT&T Pebble Beach National Pro-Am junto a Bill Murray hace dos años; Wheatcroft, todavía con el sueño vivo después de clasificarse el lunes para el torneo; Kokrak, un bombardero de segundo año que quiere afianzarse en el circuito; y Crane, el cómico que lleva tiempo queriendo demostrar que no se le ha olvidado ganar.
Y por detrás se encuentra un nutrido grupo de perseguidores a solo dos golpes de los líderes, liderado por el sudafricano Louis Oosthuizen y Lee Westwood (que dice encontrarse listo para afrontar el reto de Augusta), el aguerrido Keegan Bradley, el sueco Henrik Stenson (que necesita un octavo puesto para asegurarse su plaza en el Masters) o el resucitado Ángel Cabrera, otro «chaqueta verde» que parece recuperar el toque poco antes de Augusta.
Entre los aspirantes no está Rory McIlroy, que ha vuelto a sumar otra vuelta bajo par y es cuadragésimo octavo con -2 en el acumulado. De momento, el norirlandés sigue con sus ajustes y ha decidido renunciar a un viaje a Haití de carácter benéfico para disputar la semana que viene el Valero Texas Open y afinar un poco más la maquinaria de cara al primer major del año.
Deja un comentario