El sudafricano Thomas Aiken (-8) conserva el primer lugar con dos golpes de ventaja sobre un cuarteto de perseguidores compuesto por Pablo Larrazábal, el danés Anders Hansen, el francés Romain Wattel y el escocés Scott Jamieson en un Open de España de luto por el fallecimiento de Severiano Ballesteros.
Pese a que el Open de España ha quedado en un segundo plano (por ser generosos) en el ámbito deportivo, la jornada del movimiento se ha convertido en la jornada de la supervivencia a causa del cambio del viento y de unas posiciones de bandera complicadísimas para unos greenes que se defienden casi solos, por no hablar del efecto psicológico que puede haber tenido la muerte de Seve en las mentes de algunos jugadores.
Así, la mejor vuelta del día la ha firmado Anders Hansen con un sólido -3, mientras que el sudafricano Aiken ha tenido que luchar para conservar el guarismo obtenido ayer (-8) y Pablo Larrazábal ha cedido un golpe y se encuentra a dos del líder.
El sudafricano, cuyo extraño calendario merece ser estudiado en una tesis doctoral (jugó ocho semanas seguidas a primeros de año en torneos del European Tour y del Sunshine Tour, para luego tomarse dos meses de descanso), busca su primera victoria en el circuito después de un inicio de 2011 muy prometedor. De momento se ha mostrado muy sólido y pateando bien, pero mañana tendrá que rechazar la ofensiva en varios frentes que le plantearán sus perseguidores.
Pablo Larrazábal se mostró algo más inseguro con el drive y tuvo que recuperar desde varias posiciones complicadas, aunque sacó a relucir un espíritu de lucha indomable que, en un día tan evocador, era inevitable que recordara al genio de Pedreña. Después de conseguir el birdie en el 18 que volvía a meterle de lleno en la pelea, Pablo lo tenía claro: «Mañana no me vale terminar arriba: ganar o ganar, porque quiero dedicárselo a Severiano».
Además de la amenaza latente de Anders Hansen y Gregory Havret, quizá los jugadores con más galones de la zona noble, hay que descubrirse ante el rendimiento de la nueva perla del golf francés, Romain Wattel, que sin muchos aspavientos está en disposición de lograr su primera victoria en el European Tour (ya ganó una prueba del Challenge como amateur, y también tiene en su poder la prestigiosa Copa Eisenhower por equipos.
La segunda baza española, el también local Álvaro Velasco, tuvo un día difícil (+3) y sus cinco golpes de ventaja se antojan excesivos, pero si alguien puede remontar en El Prat, un campo que conoce al milímetro, es él.
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