Pregunta de examen: después de Sergio García, ¿qué jugador español tiene una mejor media de puntos del ranking mundial por cada torneo internacional que disputa? Nuestros lectores más avezados ya habrán reconocido la fotografía que ilustra la cabecera de este artículo y se preguntarán cómo es posible que Eduardo de la Riva supere en la estadística que hemos mencionado a jugadores de la talla de Álvaro Quirós, Gonzalo Fernández-Castaño, Rafa Cabrera-Bello, Miguel Ángel Jiménez o Pablo Larrazábal, todos ellos instalados entre los cien mejores del escalafón.
Y es que el jugador barcelonés, ganador del Fred. Olsen Challenge de España la semana pasada, convierte en oro prácticamente todo lo que toca. Demos un repaso rápido a las cifras: en nueve torneos disputados en el European Tour y el Challenge Tour en los dos últimos años, De la Riva suma un triunfo, dos terceros puestos y cinco top 20 en total, cifras de auténtico superclase.
Si dividiéramos los 29,16 puntos del ranking mundial que ha conseguido en 2011 y 2012 entre los 9 torneos que ha jugado, obtendríamos una media de 3,24 puntos por prueba, solo inferior a los 4,202 que Sergio García tiene como promedio. Además, esa cifra le llevaría hasta el puesto 34 del ranking mundial (entre Francesco Molinari y Thomas Björn) si este sistema de clasificación no impusiera un divisor mínimo de 40 torneos a los golfistas que han jugado menos pruebas. Aun así, su triunfo en la Gomera le ha llevado a la 243ª posición y a ocupar la novena plaza entre los golfistas españoles presentes en el ranking mundial, por detrás de los jugadores que nombramos en nuestro primer párrafo, y de Lara y Cañizares, pero por delante de Jorge Campillo o Nacho Garrido, por ejemplo.
Todo esto fruto de un replanteamiento vital que le llevó a apartarse temporalmente de la competición y a renunciar a la escuela de clasificación del European Tour 2011 para regresar con ganas y más fuerza que nunca. Después de conseguir la tarjeta por primera vez con apenas 20 años y sufrir un buen número de reveses a lo largo de su carrera, De la Riva necesitaba recuperar la ilusión y ese hambre de competición, a veces mitigada en el pasado por la añoranza del que se siente extraño fuera de su casa, que le está llevando a rondar la victoria en casi todos los torneos que disputa tanto dentro como fuera de España.
No hemos llegado al ecuador de la temporada y todo parece indicar que este puede ser el año de “Dudy”, que cada vez se siente más jugador (y más aún con el putter convencional que acaba de recuperar, como declaró al finalizar el torneo en la Gomera), pese a las protrusiones discales que le tienen en ascuas y que debe mimar para que no deriven en una hernia.
“Mi objetivo siempre ha sido el European Tour. Desde que conseguí la tarjeta hace nueve años he madurado en todos los aspectos como jugador y persona”, declaraba el jugador de El Prat.
Su primer triunfo en un escenario internacional, el conseguido en el Fred. Olsen Challenge de España, le ha permitido ascender al séptimo puesto del ranking del Challenge Tour y planificar a su gusto la temporada. De momento, afrontará las próximas citas (empezando por el Open de St. Omer, torneo clave en el Challenge Tour por su dotación económica y por estar compartido con el European Tour) demostrando la misma paciencia que exhibió en el pasado cuando le preguntábamos por su situación peculiar y por la arriesgada decisión que tomó al introducir ese paréntesis en su carrera internacional. Decisión que tomó sin miedo pese a sus implicaciones, con la misma osadía que ahora acribilla todas las banderas; decisión que está a punto de llevarle de vuelta al European Tour.
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