Los jugadores tienen diversas formas de valorar la labor de su caddie: desde la indiferencia de los que consideran que son meros portadores de su bolsa, hasta el establecimiento de lazos casi familiares como los de Phil Mickelson con Jim «Bones» Mackay o los que tenía Tom Watson con el malogrado Bruce Edwards. Sin embargo, un estudio de la Universidad de Loughborough publicado esta semana aprovechando la celebración del Open Championship puede cambiar significativamente la manera de evaluar la labor de estos trabajadores.
Según este estudio, existe una conexión entre la relación caddie-jugador y el éxito en el campo, de manera que un buen caddie puede llegar a suponer una diferencia de hasta el 30% de mejora en las actuaciones de los jugadores.
La doctora Sophia Jowett es la persona que lideró este estudio y tiene claro que “la relación entre ambos es fundamental para el éxito. Todos los participantes en el estudio estuvieron de acuerdo en que cuanto mayor es el nivel al que se juega, más fuerte es la relación”.
Además, Jowett señala cuatro aspectos fundamentales para que la sociedad tenga éxito. “La cercanía, que incluye confianza, aprecio y respeto; el compromiso para poder establecer objetivos a largo plazo; la complementariedad que trata de la capacidad de respuesta, la apertura a los consejos y la aceptación de roles; la orientación compartida, que incluye compartir información y la comprensión de la misma; y, por supuesto, la comunicación, ya que la mayoría de los desacuerdos giraban en torno a las estrategias en el campo, como la elección del palo o el tipo de golpe”, concluía Jowett.
Además de estos aspectos, el estudio revela otros datos importantes. Por ejemplo, tanto jugadores como caddies creen que una relación larga es más beneficiosa para conseguir éxitos y es generalizada la creencia de que los mejores jugadores tienden a mantener un nexo más duradero con sus caddies.
También explica que las victorias fortalecen los vínculos entre ambos, de tal manera que el 67% de jugadores y caddies creen que lograr objetivos mejora y fortalece los lazos, aumentando la duración de su sociedad.
Entre los que dan valor a este estudio se encuentra Padraig Harrington, que ganó la jarra de clarete en el 2007 y en 2008, y que admitió que en 2007 su caddie Ronan Flood le hizo ganar el Open”. El domingo, en el último hoyo, se fue al agua y su siguiente tiro de nuevo acabó remojado, con lo que pensó que había perdido el Open. Sin embargo, ahí entró en acción su caddie.
“Tuve que caminar unas 150 yardas para pegar el golpe siguiente y Ronan se puso a soltarme todos los clichés sobre lo que debía hacer a continuación. Durante las primeras 50 yardas quería estrangularlo, las 50 siguientes empecé a escucharlo y las 50 últimas lo creí”, explicaba el doble ganador de la jarra de clarete. “En ese momento Ronan marcó la diferencia. Con cualquier otro caddie hubiera perdido el Open, pero mi caddie creyó en mí”.
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