Ya es mala suerte que el primer día que consigues ponerte líder en un torneo del PGA Tour, uno de los jugadores más carismáticos haga un golpe imposible para pasar el corte y te robe protagonismo. Es lo que le ocurrió a Steven Bowditch, jugador que manda en el TPC de San Antonio tras una segunda vuelta de 67 golpes (-5). Después de que el australiano estableciera el liderato en -8 total, la imagen del día llegó más tarde en el hoyo 18, donde Phil Mickelson pegó un golpe imposible desde el agua para convertir posteriormente un birdie que le garantizaba el acceso al fin de semana.
Parecía que la primera participación del zurdo en el Valero Texas Open desde 1992 pasaría sin pena ni gloria tras su 75 (+3) del primer día. Llegaba Mickelson con ganas de incrementar su número de jornadas competitivas como entrenamiento al Masters de Augusta y de momento ayer se sacó de la manga un golpe marca de la casa para tener dos días más de entrenamiento.
Plantándose en el tee del 18 con -1 en el día, sabía que solo un birdie le permitiría evitar fallar el corte. Atacó de 2 el par 5 final del recorrido y se fue al arroyo que serpentea el lado derecho del green. ¿Dropar? No. Era todo o nada. Minutos después, Mickelson sonreía junto a su caddie Jim ‘Bones’ Mackay con un pie descalzo mojado después de ejecutar un approach acuático que aterrizó a metro y medio de la bandera.
El birdie de Mickelson para hacerse con una plaza en la última posición de los que pasan el corte contrasta con el hoyo final del líder Bowditch, quien ahorró esfuerzos a aquellos que quieran perseguirle el fin de semana firmando un doble bogey en el hoyo 9. De este modo, asume una ventaja de solo un golpe frente a Chad Collins y Andrew Loupe, ambos con -7 total, y de tres frente a Cameron Beckman y Pat Perez.
Pero claro, cuando acabas con un 6 en un par 4 y sigues siendo líder, eso solo quiere decir que el trabajo desarrollado en el resto de hoyos ha estado muy por encima de la media del resto de jugadores. Y así fue. Sin ser el mejor desde el tee de salida, Bowditch ofreció un recital con los hierros culminado en el hoyo 12 donde embocó desde 75 metros para eagle.
Siempre es una ayuda acabar un hoyo sin tener que sacar el putt de la bolsa y más cuando estás en los últimos puestos del PGA Tour en cuanto a estadísticas del putt. Según admitía el propio líder tras añadir cinco birdies más a su tarjeta, llevaba tiempo viendo cómo su mal comportamiento en los greenes le hacía sacar poco provecho del resto de su juego: «No me entraba ningún putt, así que la mayoría de birdies los hacía desde 1.5-2 metros».
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