El European Tour no pasa ahora mismo por sus mejores momentos, pero las cosas han cambiado drásticamente si lo comparamos con unas décadas atrás. Hace treinta años, solo cuatro europeos tuvieron la oportunidad de acudir al Augusta National para la disputa del Masters; hace veinte, esa cifra se había elevado solo a trece. Durante gran parte de su historia, el primer grande del año ha sido terreno casi exclusivamente americano, pero desde que Severiano Ballesteros se impusiera en 1980 las puertas se han abierto progresivamente para el resto del mundo. Era el primero en atravesar el Atlántico y ganar en Augusta, algo que volvería a repetir en 1983.
Ha sido un proceso lento, ya que en el 2004 solo participaron dieciocho europeos. Hoy día esa cifra se ha disparado hasta los veintiocho en la próxima edición. ¿Razones? La entrada a los World Golf Championship, la estabilidad del Ranking Mundial, la apertura de miras para llegar a los grandes (a los que acceden los cincuenta mejores) o el gran número de buenos jugadores provenientes del viejo continente, los mismos que han dominado la Ryder Cup durante los últimos años.
Y la hornada de talentos sigue creciendo. A un jugador europeo le basta ahora con destacar cerca de casa para tener un billete para los mejores torneos. Si consigue un par de triunfos en una temporada del European Tour, es muy probable que se acerque a los cincuenta mejores del mundo y tenga una oportunidad de viajar a Augusta. Pablo Larrazábal, por ejemplo, se ha quedado a las puertas tras su triunfo en Abu Dhabi; Alejandro Cañizares se ha metido entre los cien primeros tras hacer lo propio en Marruecos, y otro triunfo le dejaría muy cerca de ese objetivo. El número de esta edición, el veintiocho, no solo incluirá a varios de los participantes en la próxima Ryder, sino a otros que se han asentado entre los mejores y que podrían tener una opción de victoria esta semana. He aquí a algunos de ellos:
Jamie Donaldson
Victor Dubuisson
Gonzalo Fernández-Castaño
Stephen Gallacher
Peter Hanson
Joost Luiten
David Lynn
Matteo Manassero
Francesco Molinari
Thorbjörn Olesen
El australiano Mike Harwood ganó el Volvo PGA Championship y el Volvo Masters en 1990, dos de los torneos más importantes que se celebraban en Europa. Terminó segundo, además, en el Open Championship de 1991. Nunca jugó el Masters. Luego está Ernie Els, que en 1992 consiguió la triple corona sudafricana (South African Open, South African Masters y South African PGA Championship), además de otros tres eventos en su país. No viajó a Augusta hasta 1994.
Las cosas han cambiado a mejor, ya que esta semana, para cualquiera de estos jugadores, no se trata tanto de ganar o perder, sino de medirse de nuevo ante lo mejor y en uno de los mejores escenarios. Se adquiere experiencia, se comprueba que las diferencias no son abismales y, sobre todo, se recuerda el lugar que no deben abandonar en una buena temporada.
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