La candidatura francesa ha hecho valer su condición de favorita y se ha adjudicado la organización de la Ryder 2018, decisión que no por esperada ha sido menos dolorosa para una familia del golf español que contaba con la solidez del proyecto de Madrid como principal baza para traer esta competición bienal a la capital de España.
Ni siquiera la baza sentimental del fallecimiento de Seve Ballesteros ni la petición de su familia han servido para alterar una decisión que el European Tour ya tenía tomada. George O’Grady, director general del European Tour y encargado de hacer pública la decisión del comité Ryder, fue desgranando poco a poco diversos datos que sirvieron para convertir la carrera a cinco en un duelo singular entre las candidaturas española y francesa. No tardó en mencionar a ambos países, descartando de manera tácita las opciones de las demás candidaturas, y tampoco perdió ocasión de mencionar el legado de Seve en una maniobra que, a posteriori, podría sonar a justificación ante la decisión que anunciaría unos minutos después.
O’Grady «reventaba» la sorpresa medio minuto antes de nombrar el ganador al mencionar que la Ryder iría al país que cuenta con el Abierto Nacional más antiguo de Europa continental, dato que echó por tierra las pocas ilusiones que nos dejaba la deriva de su discurso.
Al final, se confirmaba que Francia era el país ganador y la alegría, que en estas ocasiones siempre va por barrios, estallaba en la zona de la delegación francesa.
Ayer mismo analizábamos la candidatura del país vecino en un artículo en el que dábamos un repaso a sus «poderes» y no podemos calificar de sorpresa la decisión del comité Ryder, pero a todos nos queda la extraña sensación de que la Ryder se ha escapado con la mejor candidatura posible (en el fondo y en la forma), algo que ya nos sucedió con las candidaturas a los Juegos Olímpicos 2012 y 2016.
Posteriormente, Pascal Grizot, director de la candidatura francesa, recordó la figura de Seve en su discurso de agradecimiento y George O’Grady, en la sesión de preguntas y respuestas, esquivó la incómoda pregunta planteada por un periodista de Sky Sports sobre el posible desaire al legado de Seve que podría suponer la designación de Francia. O’Grady dejó entrever que esta no es la última Ryder y que en los próximos meses habría novedades con respecto a un posible homenaje a Seve, homenaje que el genio de Pedreña sin duda se merece pero que resulta un magro consuelo para su familia directa y la familia del golf español.
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