Tiger Woods firmó 79 golpes en Torrey Pines hace unas horas. Años atrás, en el mismo escenario, un jugador muy distinto pintaba su última gran obra maestra (hasta la fecha) en el US Open. Fue en 2008, y no solo tuvo que enfrentarse a un rough diabólico, típico de este campeonato, sino a una seria lesión en la rodilla. Puede que se nos hayan olvidado ciertas imágenes con el tiempo, pero aquel torneo, su decimocuarto grande, se ganó sobre una sola pierna.
Y tampoco es mal día para recordarlo porque Rafael Nadal, en la búsqueda de su segundo Australian Open (su decimocuarto grande, el que le convertiría en el único jugador en la historia del tenis en completar dos veces el Grand Slam), sufrió también una dificultad añadida: una lesión en la espalda. Son dos deportes distintos, dos atletas muy diferentes y circunstancias, evidentemente, incomparables, pero ambos tuvieron que luchar por el siguiente gran objetivo de su carrera con el dolor.
El golf, al no disputarse al mismo ritmo frenético que el tenis, permitió a Woods alcanzar un torneo imposible. Peor suerte corrió Rafa, a pesar de que por momentos llegó a intimidar a Stanislas Wawrinka solo con su presencia al otro lado de la pista. Merece la pena recordar aquel torneo y ver, en los siguientes vídeos, la dureza que puede alcanzar el deporte cuando el enemigo no solo son tus rivales o circunstancias, sino tu propio cuerpo.
Resumen de la tercera jornada:
El último hoyo de la cuarta jornada de Tiger Woods, que necesitaba de un birdie para forzar un playoff contra Rocco Mediate:
Resumen del playoff a 18 hoyos:
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