En inglés existe una curiosa expresión: “me siento como un millón de dólares”, que significa que alguien se siente de maravilla. Después de su triunfo en el Tour Championship, Bill Haas se siente como 11,44 millones de dólares, que es la suma que se adjudicó al imponerse en este torneo y, de paso, en la FedEx Cup. Pero antes de lograrlo, se vio con el agua al cuello… o más bien al tobillo.
Bill Haas se enfrentó a uno de los golpes más difíciles (y caros, por qué no decirlo) de su carrera con una presencia de ánimo que para sí la quisiera más de un artificiero. Después de que su bola rodara mansamente hasta el agua que custodia el flanco izquierdo del green del hoyo 17, donde estaba disputando el segundo hoyo del desempate por el título con Hunter Mahan, Haas ejecutó un magnífico golpe tipo “splash” (nunca mejor dicho) y dejó la bola dada, para después hacerse con el título del torneo y de la FedEx Cup en el hoyo siguiente. Sin duda, uno de los mejores golpes del año.
Al menos el desenlace del torneo resultó emocionante, ya que el transcurso de la última jornada discurrió sin pena ni gloria, un anticlímax si lo comparamos con el torrente de emociones vivido horas antes en la Solheim Cup, en el que, quizá atenazados por la responsabilidad, los golfistas que se jugaban el título y la FedEx Cup reflejaban más bogeys que birdies en sus tarjetas.
Choi, Day y Donald hacían la goma, mientras Baddeley perdía terreno y Mahan se aferraba a la lucha por el título y por la FedEx Cup salvando pares en sus últimos hoyos, y Simpson, principal favorito, dinamitaba sus opciones acumulando errores en los primeros 12 hoyos y acababa en vigésimo segunda plaza, rozando la FedEx Cup.
Al final, después de múltiples cábalas matemáticas, de los cinco que partían con opciones de llevarse la FedEx Cup, solo Luke Donald conservaba ciertas posibilidades, pero para ello necesitaba quedar tercero en solitario. Con un gran birdie en el hoyo 18 ascendía a la tercera plaza igualado con Choi y Baddeley, pero Mahan no falló en el último hoyo y le relegó a la tercera plaza final de este título más monetario que honorífico.
Después del desenlace ya mencionado, y rodeado de su familia (su hermano le llevaba la bolsa, y su padre asistía orgulloso desde las cuerdas), Haas terminó adjudicándose el Tour Championship en el tercer hoyo del desempate, un triunfo que, además de proporcionarle la FedEx Cup gracias a una improbable carambola de resultados, probablemente le meta en el equipo de la Presidents Cup a costa de todo un ganador de grande, Keegan Bradley.
Sin desmerecer lo logrado por Haas, quedan claras las intenciones de los regentes del PGA Tour para hacer hincapié en la importancia del Tour Championship como fin de fiesta, aunque los resultados del estadounidense en los playoffs (T24, T61, T16 y 1 y los cuatro playoffs) palidezcan en comparación con los de Webb Simpson (T10, 1, 5 y 22) e incluso con los de Luke Donald (T18, T3, 4 y T3).
Sin duda, Haas estaba en el lugar correcto en el momento adecuado… aunque instantes antes tuviera que mojarse los zapatos en una posición más comprometida.
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