En un campo, Congressional, que parece estar revolviéndose tras la profanación cometida el año pasado por Rory McIlroy y que tiene a todos los jugadores en fila de a uno, Hunter Mahan parece que juega a otra cosa en el AT&T National del PGA Tour.
Con temperaturas extremas y un recorrido demoledor, elementos que llevaron la línea del corte hasta un abultadísimo +6, Hunter Mahan entregó un sobrenatural 65 (-6) que le permite ocupar la primera plaza con -7 en una clasificación en la que ya son menos de veinte los jugadores que bajan del par. El «cazador» saca dos golpes al zimbabuense Brendon de Jonge y a sus compatriotas Jimmy Walker y Robert Garrigus, mientras que con -4 aparece el quinteto compuesto por Noh, Pampling, Perez, Cink y Singh.
Tiger Woods, que ejerce de anfitrión de un torneo en el que su fundación tiene una presencia notabilísima, se mantiene en la lucha por el título gracias a su 68 de la segunda vuelta, que lo deja a cinco golpes de un Mahan estratosférico. Curiosamente, los dos comparten entrenador, el discutido Sean Foley, quien dijo que el actual líder estaba demostrando la precisión de un láser en el duro Congressional.
En una jornada de golpes de calor y toallas húmedas, varios jugadores lo pasaron mal para acabar a causa de las condiciones extremas y un caddie tuvo que retirarse después de nueve hoyos. A este panorama se suma la tremenda tormenta que azotó anoche el campo y que derribó varios árboles y provocó un corte de electricidad en la zona. Sin duda, Congressional se está convirtiendo en la prueba extrema que no fue el año pasado durante el US Open.
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