Íñigo Urquizu es un golfista de contrastes. Su semblante sereno y su aspecto apacible transmiten tranquilidad y confianza, pero a poco que se rasque la superficie descubrimos a un jugador de carácter, exigente consigo mismo, consciente de los pasos que hay que dar para llegar a la élite golfística y profundo conocedor de este deporte, que ama incondicionalmente.
Este donostiarra de 28 años tiene muy claro cuál es su camino y no ha dudado en ir contra corriente y seguir una senda alternativa, ya que decidió acabar la carrera de Derecho antes de pasarse al profesionalismo mientras otros compañeros de generación ya llevaban un buen número de años batiéndose con la élite del golf. Pero ese paréntesis, lejos de apartarle del objetivo, le ha aportado la madurez necesaria para afrontar con garantías su principal reto: la consecución de la tarjeta del European Tour. Para ello, y además de su talento, cuenta con el apoyo de un equipo de lujo: Pepín Rivero como entrenador, José María Olazábal como mentor y Jon Karla Lizeaga como preparador físico (por cuyas manos han pasado Naroa Agirre, la mejor pertiguista española, José María Olazábal y Tania Elósegui).
De momento, y gracias al triunfo que obtuvo en el programa El Legado de Canal+ Golf, espacio que ha seguido la evolución de un grupo de jóvenes jugadores durante los últimos meses, el profesional de Jaizkíbel disfrutará de una beca de un año con CLC (empresa de mentoring deportivo dirigida por Ángel Sanz) y tendrá la oportunidad de disputar el Mayakoba Golf Classic, torneo del PGA Tour que se disputa del 23 al 27 de febrero de 2011 en el mexicano campo de El Camaleón Golf Club, una prueba que puede ser un espaldarazo para su carrera.
Íñigo tuvo la amabilidad de concedernos una entrevista durante la disputa de la final del Peugeot Tour en Sevilla, donde culminó su notable temporada tanto en el Peugeot como en el Alps Tour con un magnífico sexto puesto (aunque posteriormente tuvo también un gran rendimiento en el 4Tours en las filas del equipo del tour nacional). Aquí tenéis a Íñigo Urquizu, en directo y, robando el término de la MTV, unplugged.
Íñigo, antes de entrar en detalle, ¿qué valoración general puedes hacer de la temporada que está a punto de concluir?
El año ha sido positivo y he seguido mejorando en todos los aspectos. Cierto es que mi objetivo en cuanto a resultados era llegar al Circuito Europeo y no lo he conseguido, pero el año ha sido muy bueno aunque la temporada que viene tenga que seguir jugando el Alps Tour. He ido mejorando a nivel técnico, físico y mental y cada vez me encuentro más suelto en los torneos. Hay que seguir en esa línea.
Huelga decir que la mayor decepción del año habrá sido no pasar la PQ1 (primera fase de la escuela de clasificación del European Tour), pero ¿cuál ha sido la mayor alegría?
El hoyo en uno en Austria con el que me llevé la Harley Davidson, y dos torneos que estuve a punto de ganar del Alps Tour, uno compartido con el Peugeot, en el Club de Campo de Madrid, y otro en Bélgica en agosto (el Omnium). En esos dos torneos estuve para ganar y me encontré muy cómodo. Lo que más me gustó es cómo me encontré viéndome en la pizarra entre los líderes. No gané, pero no porque no supiera manejar la situación, sino porque no se dio el caso.
Y Mayakoba, ¿lo dejamos para que sea la mayor alegría del año que viene?
Esperemos (risas). La verdad es que ganar El Legado también ha sido un momento muy importante de este año y me hace mucha ilusión la beca de un año con CLC.
Volviendo la vista atrás, saliste de la cantera de Jaizkíbel, una de las mejores de España, y pese a que viniste con 16 años a Madrid, a la Blume, te pasaste a profesional a finales de 2007, ya con 25 años, poco después de ganar el Internacional de Portugal como amateur. ¿A qué se debe tu larga carrera como amateur?
Como compaginé los estudios e hice Derecho, los primeros años que estuve en la universidad intenté estudiar y jugar al golf, e incluso conseguí ganar dos Campeonatos de España Junior, pero luego tuve que dedicarme casi en exclusiva durante tres años a acabar la carrera. Aunque seguía jugando los puntuables no entrenaba ni la mitad que ahora, pero cuando acabé la carrera en septiembre de 2006 me dediqué cien por cien al golf.
Tenía 24 años, pero de los 19 a los 24 no me dediqué por completo al golf y en ese sentido soy un jugador más “joven”. Gente de mi generación como Juan Parrón o Eduardo de la Riva son profesionales desde los 18, mientras que yo lo soy desde hace poco más de tres años.
¿Sientes impaciencia por ver que gente a la que has ganado como amateur, como Shane Lowry, a quien venciste en aquel Internacional de Portugal, ya está asentada en el Circuito Europeo o crees que estás dando los pasos que hay que dar?
Mi evolución en estos tres años desde que me pasé a profesional, aunque no se haya reflejado del todo en los resultados, ha sido muy buena y creo que estoy en el buen camino para llegar al European Tour.
El año pasado indicabas que habías bajado más de un golpe en tu media. Este año, ¿qué crees que has mejorado?
Este año he ganado consistencia en el golpe largo y he cogido muchos más greenes que otros años. Con el putt no he terminado de estar acertado y estoy haciendo pequeños cambios con Olazábal, que me está ayudando a que la técnica sea más consistente. Además, de potencia voy cada vez más largo y consigo distancias consideradas de buen pegador. Por otro lado, el año pasado empecé a trabajar con Pepín Rivero y me va muy bien, y este invierno retomaremos la actividad.
No hay muchos jugadores que puedan decir que les ayudan José Mari Olazábal y Pepín Rivero. ¿Ocupan parcelas distintas?
La verdad es que tengo mucha suerte al contar con ellos y se complementan muy bien. Con Pepín todavía no he trabajado mucho; el año pasado hice cuatro sesiones con él de un par de días cada una en Madrid y me gusta mucho la calma que transmite. Se centra en simplificar mucho el swing, en hacer un swing ortodoxo y en que baje un poco el ritmo (ya que yo lo tengo muy rápido) para buscar algo más de control. Con José Mari trabajo mucho el juego corto, búnker y approach, pero ambos se complementan muy bien. Además, hay muy buena comunicación entre ellos.
Además del aspecto técnico, también has mejorado en el ámbito mental. Hace unos meses indicaste que en el Club de Campo, en el hoyo 13 de la segunda jornada, tuviste un mal momento y en lugar de venirte abajo conseguiste remontar en los últimos hoyos y descubriste que eras capaz de dar un paso adelante en circunstancias difíciles.
Sí, cierto. El segundo día se me puso la vuelta muy cuesta abajo después de hacer tres bogeys casi seguidos y empecé a pensar en el corte, en plan “Me quedan seis hoyos y como siga haciendo bogeys fallo el corte”. En ese momento me dije: “A ver, quedan seis hoyos, juégalos lo mejor que puedas que igual haces cinco o seis birdies, ¿por qué no?”. Pasé de estar metiéndome en la dinámica de pensamientos negativos y le di la vuelta y, encima, tuve el acierto de hacer tres birdies y un eagle para meterme en la pomada de cara al último día.
Tras tu aspecto tranquilo y semblante pausado se oculta una persona luchadora y con carácter, que sale a relucir en ocasiones puntuales. ¿Eres muy exigente contigo mismo?
Sí, a veces demasiado. A veces me puede un poco la ansiedad y es uno de los apartados que quiero trabajar en el aspecto mental, jugar un poco más tranquilo y saber esperar a que las cosas lleguen. Muchas veces intento forzarlas y en golf es complicado: hay que saber esperar y estoy aprendiendo a hacerlo. Tengo un carácter fuerte que hay momentos que no consigo controlar y, si quiero ser de los buenos, el control emocional es fundamental. De los mejores del mundo pocos vas a ver que hagan gestos muy violentos, sucede puntualmente y porque están siempre con las cámaras encima. Es algo que hay que cuidar, no solo por la imagen sino por tu propio bien.
En cuanto a tu participación en El Legado, y aunque en nuestra opinión José Luis Adarraga y tú quizá fuerais los jugadores más hechos y cuyo margen de mejora era menor, ¿has notado progresión? ¿Qué te ha aportado El Legado?
Me ha aportado bastantes cosas. El trabajo que hacíamos con Nacho Gervás, los ejercicios que nos ponía me van a servir a la hora de entrenar en esa dinámica de buscar la competición entrenando. En lugar de optar por la repetición y tirar bolas y más bolas, coger diez bolas e intentar pegarlas con un objetivo para entrenar con más calidad.
Además, los doce participantes teníamos asignados seis mentores y mi mentora, Marta, es coach de empresarios y me ha abierto mucho el horizonte mentalmente y me ha dado muchos recursos para trabajar y aplicarlos al golf.
En El Legado se alternaban los momentos distendidos con otros más serios, pero en general parece que reinaba el buen ambiente. ¿Qué tal era la convivencia en las concentraciones?
La verdad es que el ambiente era espectacular y de El Legado me llevo grandísimos amigos. Había jugadores que ni conocía como golfistas, pero hay gente muy simpática y nos hemos reído mucho.
¿No hizo mella la rivalidad por conseguir el premio final?
No, nada. Incluso en las últimas pruebas físicas que nos dijeron que nos lo podíamos estar jugando todo yo andaba picado con Juan Ochoa, pero tenemos un rollo buenísimo entre los dos, todo se quedó ahí y primó la deportividad.
En la beca de un año que has ganado con CLC ofrecen una formación completa, tanto en el aspecto técnico como mental, además de cubrir distintos aspectos para orientar la carrera de un golfista. Con la base física y técnica que tienes, ¿a qué vertiente de esta beca crees que le podrás sacar más provecho?
Yo creo que podré sacarle partido sobre todo al trabajo mental, aunque tengo que hablar con Ángel Sanz para ver el programa completo de la beca. Al final te das cuenta que en el golf si mentalmente estás bien, disfrutas y juegas mejor.
Aunque tienes asegurado un año de colaboración con CLC gracias a la beca, lo cierto es que tu nombre también suena para la segunda promoción del Programa Neo Pro de la RFEG. Supongo que, en caso de que surgiera, tendrías que hablar con los responsables para ver cómo se puede compatibilizar.
Claro. El Programa Neo Pro tiene algo muy positivo que son las invitaciones para el Challenge Tour y habrá que ver si se puede compatibilizar. Tener la opción de jugar siete torneos del Challenge Tour en un año es una opción que hay que valorar. Si bien el Alps Tour es un circuito que cada vez tiene mejor nivel, el Challenge se acerca más al Europeo en cuanto a la calidad de sus jugadores.
Volviendo al Mayakoba Golf Classic, aunque ya tienes cierta experiencia en el European Tour, ¿da vértigo el salto al PGA Tour?
En el Circuito Europeo he jugado tres torneos: el Open de Portugal el año que gané el Internacional de Portugal como amateur, y dos Open de España, uno como amateur en 2007 y otro como pro. La verdad es que después de haber jugado estos torneos, y dado que el Mayakoba Golf Classic no es de los grandes del PGA Tour, creo que el nivel será parecido a los torneos del European Tour en los que he participado, aunque tendré la oportunidad de ver a muchos de los americanos que sigo por televisión.
No obstante, aunque sea una oportunidad puntual, no deja de ser una buena oportunidad. Si consigues una buena bolsa o te asomas y sales en televisión, es un escaparate ideal.
Está claro. Es una magnífica oportunidad.
Para acabar, vamos a hacer dos tandas de preguntas, unas relacionadas con el golf y otras que se escapan del ámbito deportivo y tocan temas más tangenciales. Empecemos por el golf. ¿En qué espejo te miras a nivel profesional? ¿Tienes algún ídolo o alguna referencia?
Tengo varias referencias. Mi ídolo es Tiger Woods. Lo que le he visto hacer a este jugador no se lo he visto hacer a nadie: los putts que ha metido para ganar grandes… Es brutal, uno de los mejores deportistas de todos los tiempos.
Como espejo donde mirarme… Conociendo como conozco a José Mari Olazábal aprendo mucho de él y no solo como jugador, que es un número uno, sino como persona. Merece la pena aprender de él los valores humanos que tiene.
Otra persona que me ha marcado como profesor es Txomin Hospital. Ama el golf, como yo, y es una persona con la que me encanta hablar de golf. Me alegré muchísimo cuando ganó en el Circuito Sénior porque ama tanto este deporte… Con ese swing clásico que tiene… Lo tuvimos en el equipo nacional como entrenador en 2007, mi último año amateur, y fuimos a dos o tres torneos con él y nos lo pasábamos en grande, como niños.
¿Te has marcado algún plazo para llegar al Circuito Europeo?
Plazo no me he marcado, pero viendo el nivel que tengo ahora y el que he de tener para estar en el Tour, espero llegar en dos o tres años como mucho. Si no, dentro de dos o tres años habrá que ver si tomamos medidas (esboza una sonrisa pícara).
¿Cuál consideras que es el punto fuerte de tu juego?
La pegada es un aspecto que juega a mi favor. Cada vez voy más largo y hoy en día pegarle fuerte a la bola ayuda muchísimo y te facilita las cosas. Te tiras de dos a green en los pares 5, pegas palos más abiertos… He trabajado mucho físicamente y está dando sus frutos.
Y en el aspecto mental destacaría la garra: lucho desde el 1 al 18 cada día. Pocas veces se me verá tirar golpes. Lo doy todo de principio a fin.
Aunque a ciertos niveles es difícil hablar de puntos débiles, pero sí de aspectos que crees que podrías mejorar. ¿Y qué no querrías que supiera un rival tuyo en match-play?
No me gusta nada jugar con lluvia. Pese a ser del norte, lo paso francamente mal.
¿Qué competición te haría más ilusión jugar?
Por supuesto, los grandes. Pero el que más ilusión me haría jugar, y ganar, sería un Open Británico en el Old Course de St. Andrews.
Deduzco entonces que es tu campo preferido…
He tenido la suerte de jugar el Old Course y es un sueño para cualquier golfista. Donde más disfruto es en los links, aunque suela llover. Allí no me importa que llueva. (risas) Jugar en los links con viento, lluvia, pura supervivencia, es una delicia.
¿Cuántos hoyos en uno tienes en el bolsillo?
En mi carrera he logrado seis hoyos en uno, cuatro de ellos en competición, y un albatros. Desde que soy profesional tengo dos: el que logré en Marruecos y el de este año en Austria.
Hablando de esos dos hoyos en uno, si en Marruecos te llevaste un camello y en Austria una moto, por pura progresión en el próximo ya te toca el coche, ¿no?
Sí, mínimo el coche. (risas)
Y además de la satisfacción que te reportó dar estos golpes, ¿recuerdas algún otro con especial cariño?
El que más recuerdo es cuando gané mi primer torneo importante, el Campeonato de España Junior de 2001, con 18 años. Metí un putt de cuatro metros en el último hoyo para ganar a Rafa Cabrera y a Iñaki Alustiza y evitar el playoff. Fue un momento muy bonito.
Y para acabar, vamos a plantearte unos cuantas cuestiones sobre temas ajenos al golf. Pese a tu aspecto tranquilo, en cuanto a gustos musicales se te ve ciertas tendencias gamberras: desde el reggae de Ke No Falte al punk de Millencolin…
En cuanto a gustos musicales soy muy abierto. Todo aquello que tenga una melodía que enganche un poco me gusta y no me cierro a nada. Escucho poco metal pero he tenido una época en la que escuchaba mucho hardcore melódico tipo Millencolin, NOFX y grupos parecidos.
¿Una película?
Ciudad de Dios.
Gran película, sin duda. ¿Un libro?
Cualquiera de Ramiro Calle, un profesor de yoga.
¿Un lugar?
Donde vivo y sus alrededores. Hondarribia, San Sebastián, Zarauz, Biarritz, Hossegor… Aunque he viajado mucho, quiero vivir ahí, donde resido actualmente.
¿Un hobby?
Me gusta mucho el deporte. Jugar a pádel, por ejemplo, o esquiar.
¿Te planteas cómo habría sido tu vida sin golf?
Hubiera sido futbolista. Con 14 años tuve que decidir entre golf y fútbol y a veces lo pienso. Hubiera sido delantero de la Real, seguro. (risas)
Procuras mantenerte muy activo en Internet, tienes página en Facebook, te mueves en los foros, ya tienes página web (http://inigourquizu.com/) y sospecho que te dedicarás a leer webs de golf… pero no te voy a preguntar cuál es la mejor para no ponerte en un compromiso. (risas) Muchísimas gracias por dedicarnos tu tiempo y te deseamos lo mejor para la temporada que viene.
Muchas gracias a vosotros.
1 comentario a “Íñigo Urquizu: “Donde más disfruto jugando al golf es en los links””
Un golfista con la cabeza muy bien amueblada. Esperemos que en 2011 consiga su billete al European Tour 🙂
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