Zona Pro
James Morrison, rey de España
Óscar Díaz | 17 de mayo de 2015
James Morrison, con el trofeo del Open de España (foto de Getty Images)
No hay muchos jugadores que sean capaces de bajar de hándicap 18 a 0 en diez meses, ni tampoco que lideren un torneo del pedigrí del Open de Francia recién salidos del hospital. Así es James Morrison, campeón del Open de España 2015, un golfista acostumbrado a lidiar con la adversidad. Se crece ante las dificultades que plantea la vida y, cómo no, los campos de golf.
La empresa se antojaba difícil para los españoles, que dependían tanto de los aciertos propios como de los errores ajenos, aunque la exigente preparación de El Prat y el cambiante viento de la zona podían multiplicar sus opciones. Sergio García y Jorge Campillo arrancaban a cinco impactos de diferencia y Miguel Ángel Jiménez, defensor del título, a seis. Sobre el papel, un -2 o -3 de cualquiera de los líderes tras la tercera jornada, James Morrison y David Howell, les habría obligado a lograr un resultado de récord, y se dio la primera circunstancia pero no la segunda.
El inglés, que ya se asomó al triunfo en el Open de España de 2010 jugado en Sevilla que le arrebató Álvaro Quirós en el desempate, no cometió un solo error en la jornada final y aprovechó algunas de las oportunidades que se fue procurando para acabar con 69 y cuatro golpes de margen sobre un cuarteto de jugadores conformado por Edouard España, David Howell, Francesco Molinari y un gran Miguel Ángel Jiménez.
Aunque salía lejos, fue precisamente el malagueño la mayor amenaza para Morrison. Después de un birdie en el hoyo 2 neutralizado al instante por un bogey, el golfista de Churriana asombraba con un eagle desde la calle del hoyo 5 y dos birdies en los tres hoyos restantes. Pero a partir de ahí el putter de Jiménez se enfrió y, aunque siguió exhibiendo un juego magistral, apenas pudo sacar partido a su precisión de tee a green. Al final, 67 golpes y segundo puesto compartido.
«Estoy pegándole muy bien a la pelota, muy bien desde el tee, dibujando los hoyos como me gusta. Estoy dando unos hierrazos impresionante a las banderas, que es mi fuerte normalmente, el tiro a green, pero no han entrado los putts que tenían que haber entrado», resumía el malagueño. «No ha podido ser, me siento contento por la manera que he jugado, con un par de putts menos por vuelta podría haber estado estar ahí».
Al margen de Jiménez, ninguno de los posibles rivales de Morrison achuchó al inglés, que siguió con paso firme hasta apuntarse el triunfo, el segundo de su carrera en el European Tour después del Abierto de Madeira 2010.
«El plan era centrarme en mi rutina. Sé que es un cliché, pero es cierto», explicaba el inglés. «En años anteriores, cuando no lo hecho me ponía a mirar a los marcadores o estaba pendiente de las influencias externas, y hoy me he ceñido a mi rutina durante todo el día, hasta el último putt, y he sabido responder», finalizaba Morrison, que la semana que viene juega en Wentworth, a solo veinte minutos de su casa.
Entre el resto de los españoles, muchas buenas noticias para terminar el torneo. José Manuel Lara jugaba su mejor vuelta del año y terminaba con 66 golpes para escalar hasta la séptima plaza, un puesto que le permite entrar en el Open de Irlanda y una inyección de moral en un año complicado por la escasez de oportunidades de juego en el European Tour. Jorge Campillo también acababa séptimo al lograr su tercer 70 consecutivo, Eduardo de la Riva remataba con un 68 para finalizar noveno y Sergio García controlaba daños con una buena segunda mitad para entregar un luchado 73 y descender a la vigésimo tercera posición. Además, también hay que destacar los buenos finales de Carlos del Moral, inmerso en un proceso profundo de cambios en su material, y Nacho Garrido, que juega cuatro vueltas consecutivas en el European Tour por primera vez desde agosto de 2013 y que por fin parece recuperado de la pertinaz mononucleosis que le ha tenido al ralentí los dos últimos años.
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