El carácter se demuestra en la adversidad, cuando en la psique empiezan a hacer mella los obstáculos que la vida y el deporte se empeñan en interponer, cuando lo más fácil es echarle la culpa al empedrado o a una alineación maligna de astros, una actitud contrapuesta con la cultura del esfuerzo que normalmente rige el día a día de los deportistas de élite. Y Javier Colomo sabe mucho de adversidades y de cómo superarlas.
Por eso no es extraño que haya encontrado la senda en la remota Malasia y rodeado de humo (de un incendio producido ayer en la vecina Indonesia), una curiosa y oportuna metáfora, y que empiece a salir del laberinto en el que se había convertido la temporada 2013 después de un primer año mágico en el Asian Tour. «El golf es el deporte más cruel; como la vida, es injusto», decía Paul O’Neill, y solo aquellos que asumen esa crueldad y esa injusticia son capaces de levantarse una y otra vez, por muchas veces que este deporte les intente tumbar.
Colomo llegaba al Worlwide Holdings Selangor Masters malayo en una situación muy delicada, perdido en la lista de ganancias del Circuito Asiático y metido en un laberinto técnico y psicológico, necesitado de un asidero, un punto de inflexión, para afrontar la segunda mitad de la temporada y coger fuerzas de cara a las trascendentales citas de los próximos meses. Y pese a que la semana ha distado de ser fácil, el extremeño sale del torneo reforzado y endurecido, y con el mejor resultado del año en el bolsillo, un decimosegundo puesto que tal vez sepa a poco después del malhadado final de torneo (con dos bogeys consecutivos), pero cuyo significado no se le escapa al español. Pese a las dificultades, Colomo ha sabido fajarse y sale de Malasia más fuerte, con más hambre si cabe.
Mientras tanto, el tailandés Pariya Junhasavasdikul certificaba su triunfo de principio a fin con un tensísimo putt para par en el último hoyo para hacerse con el torneo con un golpe de ventaja sobre el indio Anirban Lahiri, mientras que el coreano Seuk-hyun Baek, líder hasta el hoyo 15, cayó hasta la tercera plaza tras firmar un doble bogey en el 16 y un bogey en el 17 en un tramo final funesto que le llevó a empatar con otro tailandés, Namchok Tantipokhakul, autor de la mejor vuelta del día.
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