Cuando el próximo 25 de agosto de 2011 dé comienzo en el PGA Centenary Course escocés la decimotercera edición del Johnnie Walker Championship at Gleneagles, la compañía británica de bebidas espirituosas habrá superado el cuarto de siglo de patrocinio ininterrumpido en el Circuito Europeo de golf.
El Principado de Mónaco, Inglaterra, Tailandia, Singapur, Filipinas, Australia, España, Taiwán, Escocia, China y la India han sido los distintos destinos de Europa y el sudeste asiático que la anticipada visión comercial de Diageo, matriz de Johnnie Walker y del resto del centenar de primeras marcas que integran su carpeta de productos, fijó junto a la organización de las siempre recordadas Ryder Cup de 1985, 1989, 1993 y 1997, y las paradas regulares de los Johnnie Walker Classic, Monte Carlo Open y el superviviente campeonato del Gleneagles Hotel.
En total, treinta y seis semanas reuniendo a algunos de los mejores exponentes del golf europeo y mundial de las últimas tres décadas, y todo desde que un 28 de junio de 1985 Johnnie Walker se asomara al calendario continental respaldando la segunda edición del ya extinto abierto del monegasco distrito de Monte Carlo, y que en 1986 engrosaría el creciente palmarés de un Severiano Ballesteros que con seis entorchados dominaría la Orden de Mérito al duplicar, técnicamente, las ganancias del segundo clasificado, el por entonces novato José María Olazábal.
En 1989, al mismo tiempo que el Circuito Europeo se abría internacionalmente de la mano de los petrodólares dubaitíes del Karl Litten Desert Classic, Johnnie Walker patrocinaba puntualmente un Abierto de Hong Kong cuyo retorno publicitario le haría decantarse por albergar anualmente un torneo en el sudeste asiático, y que al año siguiente se materializaría en el Royal Hong Kong Golf Club con la puesta de largo del Johnnie Walker Classic, apellidado “Asian” hasta 1993 para diferenciarlo de su homólogo del PGA Tour australiano que se encontraba ya dando los últimos estertores de su trayectoria.
Tras ausentarse en 1991 por una serie de desavenencias existentes entre el patrocinador y los organismos profesionales implicados, 1992 marcaba el regreso de un Johnnie Walker Asian Classic ya integrado en la temporada de la Orden de Mérito del Circuito Europeo, que mantenía su apuesta de rotar anualmente por los distintos países de este enclave del Pacífico y que veía recompensado su esfuerzo económico (hasta la aparición del HSBC Champions en 2006 era el torneo asiático con el montante de premios más elevado y que mayores fijos de salida pagaba) con una lista de entradas y de ganadores de primer nivel: Nick Faldo (Singapore Island CC, 1993), Greg Norman (Blue Canyon CC de Tailandia, 1994), Fred Couples (Orchand Golf & CC de Filipinas, 1995), Ian Woosnam (Tanah Merah CC de Singapur, 1996), Ernie Els (Hope Island Resort de Australia, 1997), Tiger Woods (Blue Canyon CC y Alpine Golf & Sports Club de Tailandia en 1998 y 2000, respectivamente).
Así, con el Johnnie Walker Classic firmemente asentado en el mercado oriental, Diageo se decidió en 1999 por recuperar su presencia en el viejo continente y de la mano de la PGA escocesa poner en marcha el Scottish PGA Championship, renombrado posteriormente hasta en cuatro ocasiones y desde 2005 asentado en la nomenclatura de Johnnie Walker Championship at Gleneagles, el mismo año en el que su gemelo asiático se adentraba en las procelosas aguas de la triple organización (European Tour, Asian Tour y PGA Tour of Australasia) y que abruptamente cesaría en 2009 tras la victoria del adolescente neozelandés Danny Lee, en lo que supuso un nuevo récord de precocidad.
Con el campeonato de Gleneagles, Johnnie Walker renovaba, además, su compromiso con la Ryder Cup, el tercer acontecimiento más mediático del deporte profesional y que debe su fulgurante ascensión a dos pilares fundamentales en los cruciales años ochenta y noventa, donde se recuperó el interés por una competición que languidecía ante la escasa capacidad de respuesta del combinado de las islas británicas y la aplastante superioridad de los estadounidenses.
Si Severiano Ballesteros fue el artífice en los greenes de la gran gallina de los huevos de oro en que se ha convertido la Ryder Cup para el Circuito Europeo, Diageo fue el omnipresente patrocinador del milagro de las ediciones continentales entre 1985 y 1997, la primera de las cuáles con la firma de Bell’s Scotch, el whisky más vendido en el Reino Unido, y las tres siguientes abonadas al “keep walking”, muy especialmente, la del Club de Golf de Valderrama de 1997, inmejorable ejemplo del binomio perfecto de Seve y Johnnie Walker.
De hecho, solo en el contexto de la “deuda” pendiente que el golf europeo tenía con la fabricante de bebidas se entiende, en opinión de muchos expertos, que la edición de la Ryder Cup de 2014, la próxima a este lado del Atlántico, fuera a parar al Gleneagles Hotel, propiedad de los accionistas de Johnnie Walker, en un ajustado concurso en el que resultó elegido por delante de otras candidatas locales a priori favoritas como Loch Lomond y el Ailsa course de Turnberry.
Para terminar con este repaso a la trayectoria de uno de los patrocinadores más longevos del Circuito, en estos tiempos de crisis económica y pérdida de apoyos en el deporte profesional no nos equivocamos si afirmamos que el futuro del golf europeo seguirá ligado a medio y a largo plazo al tintineante caminar de Johnnie Walker, principalmente a través del Championship de Gleneagles, juez desde 2008 de la suerte de los últimos aspirantes a clasificarse para el equipo europeo de la Ryder Cup, y que durante los próximos años seguirá siendo una cita ineludible con el mejor golf en Escocia.
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