US Open 2015
Jordan Spieth vuelve a llamar a la puerta
Óscar Díaz | 20 de junio de 2015
Miniatura de Jordan Spieth, colíder del US Open 2015 (foto © USGA/J.D. Cuban)
Los números descontextualizados suelen aportar poco al debate, pero en ocasiones hay cifras que saltan a la vista y abren los ojos. El dato lo ofrecía Justin Ray, periodista de Golf Channel: el mejor resultado hasta la fecha en la era moderna del golf en las seis primeras vueltas de los majors era el -19 logrado por Ben Hogan en 1953. Jordan Spieth, entre las cuatro del Masters y las dos primeras de este US Open, lleva -23.
La muestra es pequeña y la condición mutante de Chambers Bay (y más en manos de Mike Davis y la USGA) podría dinamitar esta estadística en las dos jornadas que quedan del segundo major de la temporada, pero la estadística es lo suficientemente contundente como para tenerla en cuenta. Mientras Spieth encabeza el torneo con -5 acompañado de Patrick Reed, su compañero de fatigas en la Ryder Cup, Rory McIlroy está en el limbo de la media tabla y Tiger Woods y Rickie Fowler se marchan a casa con la mochila llena de bogeys en la zona baja de la clasificación. Spieth dibujaba líneas precisas y se mostraba certero con el putter mientras un buen número de sus rivales se desquiciaban con la festuca infiltrada de poa de los greens. A Spieth solo le sacó de quicio la configuración del hoyo 18 como par 4, un «sinsentido» en sus propias palabras, demostrando que no tiene miedo de soltar alguna bomba ocasional que, sin duda, será encajada con más indulgencia por la prensa y la organización por su doble condición de estadounidense y líder.
Spieth fue uno de los mejores del día con un -3 solo superado por los -4 de J. B. Holmes (noveno) y de Louis Oosthuizen, que se libró de las «rémoras» de Fowler y Woods y consiguió superar el corte. A su lado Patrick Reed, que conformó una pareja explosiva con el texano en la Ryder y sigue demostrando carácter en las grandes ocasiones, y a un golpe encontramos al sudafricano Branden Grace, con el juego ideal para batirse con garantías en cualquier links, y Dustin Johnson, líder durante gran parte de la jornada. El bombardero estadounidense, no obstante, volvió a dejar patente que el mayor peligro procede de sí mismo y que no hay que subestimar su capacidad de autodestrucción: sus dos bogeys finales para salir del liderato dan fe de ello.
En la zona alta, dieciséis jugadores bajo par, circunstancia poco habitual en un US Open y augurio de la posible carnicería del fin de semana en Chambers Bay, y algún invitado inesperado como el holandés Joost Luiten, con quien pocos contaban pese a sus cuatro victorias en Europa, o el bombardero hawaiano Tony Finau.
Con respecto a los españoles, después de las esperanzas del primer día llegó la decepción. Jiménez se queda fuera del torneo después de hacer diez golpes más el viernes que el jueves y acabar con un aparatoso 79. Su falta de tino en los tiros a green en la segunda vuelta se magnífico con el escaso acierto con el putter y el de Churriana falla su segundo corte de la temporada en un major.
Por su parte, Sergio García comenzaba con un esperanzador birdie en su primer hoyo pero no tardaba en pelearse con su némesis esta semana, los greens de los que tanto se quejó tras la primera vuelta. Los bogeys fueron cayendo en el zurrón del golfista de Borriol, que acabó con +5, justo sobre la línea del corte, y necesitó de un postrero bogey del amateur estadounidense Nick Hardy para meterse en el fin de semana junto a otros golfistas como Colin Montgomerie, Webb Simpson o Ángel Cabrera, que ya tenían las maletas medio hechas. García, no obstante, se encuentra a diez golpes del liderato y, aunque sea un tópico y parezca no encontrarse en la mejor disposición para lograrlo, en un US Open es una distancia más que salvable.
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