La tercera jornada del Wegmans LPGA Championship dejó claro que ninguna jugadora está a salvo de fallar. Se Ri Pak, que lideraba la clasificación al final del segundo día y parecía haber encontrado la solidez necesaria como para atacar el Locust Hill Country Club, firmó una vuelta de cuatro sobre par después de acumular a lo largo de su vuelta seis bogeys. Era el día del movimiento en la disputa de un major y la cantidad de jugadoras en un margen muy pequeño de golpes no deja de aumentar, ya que los bogeys se alternan con los birdies con una facilidad inusitada.
En medio de este festival de errores y presión acumulada, la surcoreana Eun-Hee Ji consiguió finalizar su tercera vuelta con 69 impactos y alzarse con el que probablemente sea el liderato más difícil de defender en su hasta ahora carrera como profesional. Si quiere alzarse mañana con la victoria será mejor que no eche un vistazo atrás en la clasificación, porque el panorama resulta muy peligroso para sus intereses. A solo un golpe de distancia y en segunda posición en solitario se encuentra Karrie Webb, que ayer firmó la mejor vuelta del día al finalizar con 68 golpes.
Y es que en una situación donde la tensión está resultando máxima, la veterana jugadora puede hacer valer su experiencia en este tipo de situaciones. Se encuentra en la posición de salida perfecta como para hacer un ataque mañana que resulte decisivo. “Todavía me emociono mucho jugando los majors por la importancia que tienen en la carrera de las jugadoras”, dijo la ganadora de siete grandes al finalizar su vuelta. “Probablemente quiera ganar uno más que nunca como profesional”. Para ver a Webb levantando un gran título hay que remontarse al año 2006, donde ganó a Lorena Ochoa en un playoff por su segundo Kraft Nabisco Championship.
Si el resto de jugadoras se han concentrado en no cometer demasiados errores a lo largo de estas tres primeras jornadas, Webb ha sido de las pocas con opciones que ha sumado un buen número de bogeys a lo largo de la competición. Su virtud ha sido una de las grandes adversidades que está planteando el Locust Hill Country Club: compensar sus errores con un buen número de birdies. Durante el tercer día estuvo muy cerca de firmar una vuelta redonda y sólo un error en el hoyo 1 le privó de un hito en lo que llevamos de torneo: terminar una vuelta sin un solo error; o lo que es lo mismo en las duras condiciones de juego, una vuelta perfecta. “Creo que mi nivel de paciencia ha sido muy bueno y mañana quiero tener una opción de ganar”.
A solo un golpe se encuentra un grupo de jugadoras que tendrá mucho que decir en una jornada final que se antoja apasionante. Stacy Lewis, Giulia Sergas, Inbee Park y Suzann Pettersen se encuentran con un global de dos bajo par y mañana esperan tener su oportunidad de recortarle algún golpe al campo, o dependiendo de la posición de las banderas puede que incluso una vuelta de par sea suficiente. Lewis llega de ganar dos de sus tres últimos torneos en el LPGA Tour con la confianza por las nubes mientras que Pettersen consiguió coger ayer once de catorce calles posibles y solo falló cuatro greenes en regulación; todo un logro en unas condiciones que alcanzarán mañana su máxima dificultad con las banderas propias de un domingo y de un major que se puede diferenciar esta temporada como el más duro con diferencia.
Beatriz Recari terminó la tercera jornada con 75 impactos y se encuentra en la cuadragésimo primera posición mientras que Belén Mozo, con el mismo resultado, se encuentra con un global de mas nueve en la quincuagésimo novena.
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