A los vaqueros se les tiene por hombres rudos y audaces y el cowboy más conocido del mundo del golf, el japonés Shingo Katayama, parece que también encaja en este estereotipo. En la primera jornada del Asia-Pacific Panasonic Open, Katayama ha afrontado sin pestañear el reto planteado por el durísimo y bello Ibaraki Country Club y ha salido magníficamente parado, con un 63 majestuoso en una jornada marcada por los bogeys y los resultados altos.
Basta con echar un vistazo a la clasificación para ver cómo se las gasta el recorrido japonés. Solo trece jugadores bajo par y otros trece con 80 golpes o más en su tarjeta. De ahí el asombro generado por la vuelta de Katayama, con ocho birdies sin fallo, que le permite contar con dos golpes de ventaja sobre el tailandés Pariya Junhasavasdikul.
El mediático Katayama, ganador de 26 torneos en el Japan Golf Tour, lleva desde 2008 sin probar las mieles del triunfo y confía en romper esta prolongada racha.
«Llevo tiempo sin ganar, y si gano será como si lo hubiera hecho un nuevo yo. No diré que estoy recuperando mi mejor forma, pero soy un Shingo Katayama nuevo. Estoy centrado en lo que tengo ante mí y espero que la sensación dure. No quiero pensar en el futuro», declaraba el japonés.
Javier Colomo, el único español presente en el torneo, ha tenido un comienzo accidentado pero ha sabido defender sus opciones. Pese a tener un día complicado de tee a green, el extremeño se agarró a su juego corto y al putt para acabar con un 75 en el marcador que le tiene a solo un golpe de la línea del corte.
Sin duda, jugar el fin de semana sería importantísimo para Colomo, ya que el torneo japonés es el mejor dotado de lo que queda de temporada y el español necesita ganar terreno en la lista de ganancias para acercarse cuanto antes a esa sexagésima plaza que le permitiría renovar sus derechos de juego en el Asian Tour.
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